¡Sueña, Santana!

Santana. Kilómetro 35. Maicao 

Candida Velásquez, autoridad tradicional de la comunidad de Santana ha entendido que para conseguir lo que tienen debieron soñar, pensar, trazar una meta y trabajar incansablemente hasta lograrlo. Esta mujer de voz firme y convicciones claras se ha dedicado a creer y crear proyectos autosostenibles que inspiran a otros dentro de su comunidad y les permite salir adelante. Santana trabaja para ser una comunidad con muchos recursos, que no necesite salir a buscar cosas, que genere sus comodidades. A eso solo decimos: ¡Sueña, Santana!

Entrar a Santana es silenciar la algarabía del ruido de motos y carros, aquí todo es tranquilo, todo está en paz. Candida nos cuenta que los miembros de la comunidad realizan durante el día diferentes labores sin irrumpir en ese estado de calma: “Se desarrollan diferentes actividades. Aquí hay personas con diferentes perfiles que trabajan en empresas, hay docentes, hay emprendedores, también algunas se dedican a la agricultura, al pastoreo. La autoridad y líder nos encargamos de gestionar recursos”.

Los sueños de las 35 familias de Santana no tienen fin. Sueñan de día y de noche, con los ojos cerrados y, sorprendentemente, sueñan más con los ojos abiertos: “Soñamos con que nuestro colegio llegue hasta el grado 11, que tenga una especialidad para que los niños sean técnicos. Yo visiono a todos los estudiantes de aquí y de las comunidades vecinas que se integran acá, con ideas de emprendimiento. Nuestro otro gran sueño es tener muchas empresas, sueño con tener una fábrica de hielo, una panadería, un acopio de artesanías, tener una planta para hacer harina de maíz, porque eso se puede dar aquí, no lo veo del otro mundo ni imposible. Nos gusta trabajar”, afirma Candida.

Y como hay que levantarse temprano a trabajar por los sueños, un día en esta comunidad se ve así: “El día aquí inicia desde que el sol sale por el oeste, cuando el gallo canta todos los miembros de la comunidad comienzan a realizar sus labores. El que está en el corral sabe que debe atender a los animales; el que tiene que buscar agua, lo hace; la madre de familia que prepara a sus hijos para la escuela; y así cada uno va cumpliendo su función dentro de la comunidad para que se vea el avance”, afirma Dainer Larrada, miembro y docente del colegio de la comunidad. Por su parte, Severiano Velásquez, miembro de Santana, añade, “Creemos que nuestra esencia es la búsqueda constante de la autosuficiencia, es nuestra meta. No solo ser capaces de lograr una estabilidad económica sino producir nuestros alimentos aquí en territorio. Que podamos ser capaces de autosostenernos sin la asistencia de terceros”.

Y como de cumplir sueños se trata, esta comunidad ha trabajado de la mano de Cerrejón varios proyectos, algunos de ellos en el marco de la sentencia T-704 de 2016, como la entrega de hilos, ayudas para la escuela, un sistema de bombeo de agua y un galpón. Todos, proyectos que los acercan a ser la comunidad autosostenible que aspiran. “A Cerrejón siempre lo hemos tenido ahí, es vecino nuestro en la línea férrea, nuestros viejos tuvieron esa convivencia con la empresa y ahora la compañía brinda orientaciones para que los proyectos no queden a la deriva. Con la sentencia T-704, se ha venido trabajando y Cerrejón ha estado acá de la mano de la comunidad para ejecutar este proyecto como el que tenemos hoy en día y nos beneficia, el galpón, empezamos con 1.000 gallinas y ya aspiramos a 5.000”, concluye Severiano.

En la media Guajira donde abunda el trupillo se encuentra Santana, una comunidad del municipio de Maicao ubicada en el kilómetro 35 de la vía que conduce a Cerrejón. Esta comunidad también afirma que hay algo más que los hace únicos, su autoridad lo cuenta: “Santana se caracteriza primero que todo en que somos personas que no interrumpimos las labores de Cerrejón como vecinos, nunca hemos hecho un bloqueo”.

Mañana será otro día y Santana se levantará a trabajar desde que se asoma el sol, saldrán a pescar, a luchar y a soñar. A eso solo decimos: ¡Sueña, Santana!

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