Por: Ana Cecilia Fuentes:
El día 13 de enero de 2021, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) publicó la primera evaluación completa de un producto alimenticio derivado de insectos como “nuevo alimento.” Concretamente la evaluación fue referida al Tenebrio molitor, conocido como gusano de la harina. Esta fue la primera opinión sobre un insecto comestible por parte de la EFSA, la cual concluyó que el consumo de larva de Tenebrio molitor por parte de seres humanos, ya sea como ‘snack’ o como ingrediente para otros alimentos, no plantea problemas de seguridad, ni es perjudicial desde el punto de vista nutricional.
Aunque en el caso de la regulación colombiana aún no es clara, en cuanto al consumo de insectos, todo indica que, la utilización de este tipo de insectos (o productos derivados del mismo) en la alimentación animal y humana está cada vez más cerca.
Pero ¿por qué hay tanto interés en que empecemos a consumir insectos? Las causas se encuentran principalmente impulsadas por el crecimiento de la población. Se espera que para el 2050 el aumento de la población mundial alcance los 9.900 millones e incremente el consumo de alimentos de origen animal en un 60-70%. Por ello, considerando el incremento de la población mundial y la creciente demanda de producción de carne tradicional, los insectos comestibles podrían ser una solución eficaz a muchos de estos problemas, ya que son ricos en proteínas y micronutrientes esenciales, como el hierro y el zinc.
La cría de insectos ofrece ventajas ambientales significativas, producen 80 veces menos metano que el ganado, menor contaminación del agua y reducido impacto en el uso de la tierra. Por ejemplo, para producir la misma cantidad de proteína que el ganado, los insectos necesitan 12 veces menos alimento, 15 veces menos tierra, 2.000 veces menos agua y generan 100 veces menos gases de efecto invernadero. Por otro lado, la harina de insectos podría reemplazar ingredientes costosos como la soya y la harina de pescado en los alimentos para animales de granja. De este modo, los insectos comestibles se presentan como una alternativa importante a las fuentes convencionales de proteínas de origen animal para el consumo humano. De hecho, la Organización Mundial de la Agricultura y la Alimentación (FAO) aconseja cultivar y consumir insectos para luchar contra el hambre en el mundo, debido a que es un medio «rentable y ecológicamente sostenible
Esta propuesta ha generado una creciente demanda de insectos comestibles y productos derivados de ellos en todo el mundo. Según un informe reciente de Meticulous Research, se proyecta que el mercado global de insectos comestibles alcance los $17.95 mil millones para 2033, con una tasa compuesta anual (CAGR) del 28.6% durante el período de 2024 a 20332 . EEUU y Europa son dos prominentes mercados para el consumo de insectos, debido la demanda de productos eco-friendly. Aunque, la mayor participación del mercado global de insectos comestibles, la tiene Asia-Pacífico con un 34.8%, y se proyecta que este mercado alcance los $5,727.5 millones para 20332 . No obstante, en Salamanca, España la empresa Tebrio está construyendo para el 2025 (contará con una planta 90.000 m2) la mayor empresa a nivel mundial de cría y reproducción del T. molitor. Según los cálculos de sus fundadores esperan tener una capacidad de producción anual superior a las 100.000 toneladas anuales, además de generar 250 nuevos puestos de trabajo.
En el caso colombiano, aunque, el mercado nacional es aún incipiente, al igual que la utilización de insectos como materia prima de base. Sin embargo, se espera que el número de empresas productoras de insectos aumenten en los próximos años. Así que todo está listo para que muy pronto estemos incluyendo insectos en nuestra dieta de forma indirecta o directa. Gracias al apoyo de los jóvenes del equipo de investigación del infotep Tenebrio Motilor: Mónica Nova Delgado
Milagros Yinez Oñate Maury, docente investigador del proyecto Tenebrio Motilor