El desempleo, el hambre campean el país y esta región

 

Ana Cecilia Fuentes Jimenez

El desempleo, el hambre campean el país y esta
región

Por: Ana Cecilia Fuentes

“A diario nacen miles de niños sin sabanas ni
pañales”

El reloj marcaba las 4:30 de la madrugada cuando comenzaba a
parecer el aurora en una ranchería ubicada en el norte de nuestro departamento,
construida con palitos y  bahareque solo
dos tronquitos para sentarse, un chinchorro de fuertes colores con algunos
hilos reventados por el uso y peso que a diario sostiene, una linda mestiza de
ojos negros y espesa cabellera negra y larga, el vientre soplado como tela de
algodón dando idea de que allí se encontraba más de un bebe y de pronto expresa
“mamá  parece que llegó la hora”, esto
que tengo aquí se mueve más que un gusano, al tiempo llega el marido con el
bulto de leña en la cabeza, le pregunta mujer ya viene, voy a buscar a la comadrona
mama Ocha que venga a recibir el muchacho, la mamá que observaba todo exclamo
hay los trapitos pa´ envolverlo están mojaoo por que anoche  llovió y no se sacaron.

En el chinchorro ubicada al fondo del rancho niños se mecían
de un lado a otro, la mujer gritaba ve a buscar a la coma Ochoa, si no hay
trapos lo envolvernos con hojas porque este muchacho está pataleando y va a
salir ya ¡ahay! Dice y se retuerce del dolor, hay mama creo que no voy a
esperar a la comadrona este muchacho viene pa’ fuera.

Cuando la mujer lanza un quejido aparece en la puerta del
rancho una amiga de ella desde la infancia, ella le grita (úh) comadre que
dolor vá llegar este muchacho creo que no voy a esperar a la comadrona, pa’ ve
comadre abra las piernas y puje que yo le recibo al muchacho, sin lavarse ni
las manos se acerca al viejo chinchorro y le dice puje, puje que ya viene allí
está la cabecita, puje, puje, puje.

La india se mete la mano al bolsillo y saca una cuchilla un
tanto oxidada y le corta el ombligo, no se preocupe comadre ya lo tengo, él
bebe lloraba en brazos de la improvisada comadrona, uy comadre esta pesaoo y
ahora con que lo limpio, tomo una vieja manta que colgaba de una percha y lo
envolvió, ahora pégueselo de la teta comadre que este pelao llego fue con hambre,
cuando el papá llego con la comadrona o partera como ellos le llaman ya el
trabajo lo había hecho la india Mari que pasaba por el rancho y escucho los
gritos de la parturienta.

Así esta indígena dio a luz como se dice en el mundo
sofisticado para ellos parió sin pañales, sin cuna, sin toldo, sin agua, sin
pañalera, solo el pequeño es envuelto en un trapo viejo, sin agua para bañarlo,
solo se limpia la sangre, su cabecita poblada de cabello, llora fuerte muy
fuerte, abre la boquita buscando algo, la teta de la madre cargada de leche,
así’ la improvisada partera sin especialización pediatra le dice comadre cierre
las piernas y péguese el muchachito a la teta, que lo que tiene es hambre; ella
aunque no hay pañales, biberón la primera ropita lo que si hay son dos. tetas
llenas de leche, él bebe se pega como un ternerito huérfano, así llega un nuevo
ser al mundo en ese medio donde se carece de lo más indispensable, pero no se
carece de amor, ni se priva a los hijos de mamar la teta por que estas se van a
caer o se van a poner feas como sucede hoy en el mundo convulsionado por las
exigencias de los medios masivos de comunicación, donde la silicona y las
cirugías para tener tetas hermosas no le permiten mamar a los bebes como este
que nació en una ranchería sin sabanas, ni pañales, pero si se le permitió
nacer en medio del amor.

Organizaciones como el ICBF, que ojalá siga así bien
administrado por los mismos líderes. Si se les llama PAE, se les llama
alimentación complementaria, se les llama programa contra la desnutrición;
Llámese como se llame lo importante es que las ayudas le lleguen a los niños y
niñas más vulnerables.


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