El inicio histórico de la navidad

 

El inicio
histórico de la navidad



Hernán Baquero Bracho

Ayer como hoy, el mundo
celebra las fiestas de las luces. En el año 25 de nuestra era, los judíos
festejaban la “Hanukah” o “janucà”, las fiestas de las luces, también llamada
de la dedicación o consagración, en recuerdo de la purificación del Templo por
Judas, el Macabeo, en el mes de diciembre del año 164 antes de nuestra era. En
el citado siglo II antes de Cristo, la nación Judía tuvo que padecer al nefasto
Rey Antíoco IV Epifanes. Este monarca, defensor dela cultura griega, persiguió
a la religión Judía, hasta el extremo de prohibir el sábado, los sacrificios rituales
y el culto a Yavè, incluida la circuncisión.

El templo, ante la
consternación general, fue sustituido por un gimnasio. Antíoco IV fue un Rey
odiado por los Judíos, aunque sus intenciones, desde un punto de vista
estrictamente histórico, no fueron tan perversas como parece. Estallaron las
revueltas, por sus decisiones. La familia de los Matatías organizó guerrillas y
se enfrentó al Rey Antíoco. Fue la guerra de los Macabeos. Uno de los hijos de
Matatías, Judas, el” Martillo”, consiguió entrar en el Templo y purificarlo. Y
cuenta la leyenda que, en ese lugar, y en esos momentos, se produjo un milagro.
Cuando Judas penetró en el Templo, solo encontró aceite sagrado por un solo
día. Dicho aceite se utilizaba para prender la Menorà o candelabro de siete brazos.
Pues bien, el aceite contenido en el pequeño recipiente sirvió para alumbrar
durante ocho jornadas. Así nació el Janucà, el milagro de las luces, aunque
otros judíos se inclinaban por un origen menos ortodoxo.

En realidad, poco
importaba el por qué de las fiestas. Para el pueblo sencillo era un respiro, en
mitad del severo invierno. En Jerusalén, la Janucà alcanzaba su máxima
expresión. Allí, después de todo, según la leyenda, se produjo el gran milagro.
El Templo era iluminado como en ninguna otra ocasión, se prendía una Menorà de
nueve brazos a la que llamaban Junakà. A la puesta del sol del 24 de diciembre,
los Sacerdotes tomaban la candela central de dicha Menorà que recibía el nombre
de SHAMMASH o “servidor”, y encendían el resto de la luminaria, empezando
siempre por la derecha, después, la ciudad era igualmente iluminada. Calles,
plazas, casas, palacios, poblados, tabernas y hasta los establos lucían durante
ocho jornadas.

Y aquella fiebre por la
luz se extendía por toda Judea. La Sinagoga contrataba músicos, que no cesaban
de circular por la población, golpeando toda clase de címbalos. La Janucà era
también la fiesta de los niños. Ellos eran los protagonistas en cierto modo.
Las familias cruzaban regalaos en la cena del 24 de diciembre. Mientras duraba
la Janucà cada noche, antes del encendido de las velas, el padre de familia o
el más viejo entonaba la bendición: “Bendito sea el Señor, Nuestro Dios, Rey
del Universo que nos ha Santificado con sus preceptos y nos ha ordenado
encender las lucesde la Janucà. Bendito sea el Señor, Nuestro Dios, Rey del
Universo, que hizo milagros a nuestros padres en aquellos tiempos y en esa
época”. Todo ello lo recitaban en el citado año ciento sesenta y cuatro antes
de nuestra era: un gran milagro ha ocurrido aquí. De allí provienen las fiestas
de las luces, en la antigüedad.

Ahora bien, cuando el
Emperador Constantino se convirtió y fundó el Cristianismo tomaron el 24 de
diciembre, como la fecha del nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo, cuando en
pleno invierno se encontraba Jerusalén y Belén lo que difiere con la posible
fecha del nacimiento, que se cree ocurrió el 21 de agosto tal como lo
relacionan eruditos historiadores y lo demás lo siguieron casi igual con las
fiestas de las luces o Junacà de la cultura Judía, que se llamó posteriormente
Navidad. De ahí que Estados Unidos celebra con bombos y platillos el 24 de
diciembre como la fiesta deNavidad o fiesta de las luces, sin nacimiento del
niño Jesús. ¿Será que la gran potencia, conoce la historia y se remonta a las
fiestas de las luces del pueblo Judío, en el año 164 antes de nuestra era? En
todo caso la historia no las han cambiado y hoy la influencia gringa está
acabando con las costumbres latinas tan arraigadas por las catequizaciones
Españolas. ¿a quienes les creemos?

Compartir

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *