Hernando José Marín Lacouture y su Guaireñita.
Por Alcibiades Nuñez
Hablar de Hernando Marín, es hablar de ese excelente
compositor de música vallenata, el cual de cada anécdota, historia o suceso que
le sucedía en su vida lo llevaban a inspirarse, y en compañía de su guitarra,
las plasmaba en cada una de sus composiciones, es así como cuenta la historia
de la canción “la Guaireñita”, grabada por Peter Manjarrez y Sergio Luis
Rodríguez en el álbum “Solo Clásicos” cuando él estaba muchacho, andaba montado
en un burrito llamado “Placeres Tengo”, que le regalo el viejo Nicolas Ariza y
en él se recorría todas las fincas o rosas ubicadas en los alrededores del
Tablazo, una de esas fincas tenía un cultivo de caña de azúcar, era custodiada
por Pedro Soto, finca llamada la Sorpresa de propiedad de Francisco Daza, el
padre de Rene Daza, Jorge, Nectalina, Norberto, Adíela, Marlene, Elisabeth,
Eduardo, Joseito, Leonardo, entre otros, cuenta Marín, que él se metía a esta
hacienda y se tumbaba las cañas, luego se iba en Placeres tengo a comérselas al
Tablazo, corregimiento del municipio de San Juan del Cesar, La Guajira.
También expresa que Pedro Soto, era como su sombra, lo tenía
vigilado, fiscalizándolo las 24 horas del día y fue así como una tarde que
Marín estaba banqueteado, donde la señora Luisa Rumbo en la plaza del Tablazo y
Soto, le observo una de las Guaireñita y observo que esta tenía unas letricas
que decían Good Year, y le dijo, esas letricas las vi pintada en el Barro en la
Sorpresa, tú eres quien se está robando las cañas de aquella finca, y en
callejón sin salida por Soto quedo atrapado.
Hernando Marín, nació el 1 de septiembre de 1944, en el
Tablazo y falleció el 5 de septiembre de 1999, en el sitio llamado el Bongo,
Los Palmitos, Sucre, fue un compositor colombiano de música vallenata, autor de
muchas composiciones como la Creciente, grabada por Rafael Orozco e Israel
Romero, el Binomio de Oro, Villanueva mía, canción que, en 1992, ganó el
concurso de la Canción Inédita en el Festival Vallenato con el tema Valledupar
del alma, “la bola e’ candela”, campesino parrandero, que fue perpetuada en la
voz de Jorge Oñate González; “Los Maestros” que se convirtió en la insignia de
los docentes llevada al acetato por los Hermanos Zuleta Díaz; sanjuanerita, el
ángel del camino, bebiendo yo, mis muchachitas, lluvia de verano, la primera
piedra, canta conmigo, el gavilán mayor, el invencible, grabada por el cacique
de la junta Diomedes Díaz; el arbolito, la vecina de chavita, el cantante del
pueblo y la ley de embudo entre otras.