Doce años sin el Cacique de la Junta, Diomedes Díaz, quien sigue vivo en el corazón de su fanaticada. 

Por Alcibíades Núñez Manjarres. 

El sol del Caribe cae lento sobre el cementerio Jardines del Ecce Homo en la ciudad de Valledupar Cesar. Entre murmullos, cantos vallenatos y el aroma de las flores frescas, cientos de personas se congregan cada 22 de diciembre para recordar al hombre que convirtió su vida en canciones: “Diomedes Díaz Maestre”, el eterno “Cacique de la Junta”, al cumplirse doce años de su partida.  

La escena se repite año tras año, Rafael Santos, hijo mayor del artista, llega con grandes ramos de flores, cumpliendo la promesa que su padre le pidió en vida: mantener su tumba siempre adornada. A su lado, Luis Ángel y Elder Dayan acompañan la tradición, mientras los asistentes reciben almanaques con la imagen del Cacique y rosarios que se reparten como símbolo de fe y recuerdo del artista.

El ambiente es íntimo y colectivo a la vez. Rosa Elvira, la hija mayor, observa con nostalgia cómo la memoria de su padre se mantiene viva en cada lágrima, en cada sonrisa, en cada acorde que suena en las guitarras improvisadas de los compositores, cantantes y amigos que se acercan.

En la Junta, su tierra natal, los compadres y amigos de siempre, Luis Alfredo Sierra, Hernán Acosta, Rafael Maestre, el compositor Marciano Martínez y José Félix Ariza, Rey de Reyes de la piquería, Rubén Darío, Carluyo y Jaime Araujo, Silene Arias y sus hijas Leonor Eloísa y Eloísa Leonor y Eudardo Mendoza, evocan anécdotas y momentos compartidos con el cantautor.

En Valledupar, sus hijos Diomedes de Jesús y Rafael María, junto a sus tíos, Gloria María, Rafael, Avelina del Carmen, Rosa Leonor, Abel Antonio, Elizabeth, Elver Augusto y Juan Manuel Díaz Maestre, mantienen la llama encendida. Y en San Juan del Cesar, Dalia Zúñiga, madre del acordeonero Juancho Rois, revive las jornadas de grabación que marcaron capítulos inolvidables de la historia del vallenato.

La lista de amigos y seguidores es extensa: desde la calle 10 de San Juan del cesar Guajira, nombres como Gregoria Bolaño, Caroi, Rodolfo Rois, Luis Alberto Jiménez, Hamilton Daza, Jorge Rois, Hermes Francisco Daza, Edgar Molina, Billy Daza y Beatriz Bermúdez se suman a quienes mantienen viva la memoria del ídolo. 

Diomedes fue bautizado como “El Cacique de la Junta” por Rafael Orozco en 1975, tras la grabación de “Cariñito de mi Vida”. Desde entonces, su voz y su pluma se convirtieron en patrimonio cultural. Con más de 180 canciones registradas, cantó a la naturaleza, al amor, a la amistad y a la vida misma.

Su obra le otorgó reconocimientos nacionales e internacionales: Grammy Latino, discos de oro, platino y diamante, además de récords en ventas millonarias. Entre sus éxitos figuran “La Carta”, “Bonita”, “26 de mayo”, “Mi Primera Cana”, “Título de Amor” y “Volver a vivir”, piezas que aún resuenan en el corazón de sus seguidores. 

Aunque han pasado doce años desde su partida, Diomedes sigue presente. Cada domingo, emisoras como Olímpica Stereo y Cardenal Stereo transmiten La Hora del Cacique, un programa que revive sus éxitos y que demuestra que su música no conoce fronteras ni fechas de vencimiento.

En cada verso, en cada acorde, en cada voz que lo recuerda, Diomedes Díaz permanece. El Cacique de la Junta, vive en la memoria y el corazón de su pueblo, en las flores que adornan su tumba y en las canciones que aún se cantan con el alma, demostrando que, pese al paso del tiempo, la voz y el legado del Cacique de la Junta siguen más vigentes que nunca. 

Compartir

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *