Por: Hugues Gámez Gámez
La comunidad de La Laguna amaneció envuelta en tristeza e indignación tras conocerse el asesinato de la docente Elizabeth Nieves Mojica, una educadora ampliamente reconocida por su dedicación, su sensibilidad social y su compromiso con la formación de niños y jóvenes del poblado.
Según versiones preliminares de habitantes de la zona, el hecho ocurrió en circunstancias que aún están siendo esclarecidas por las autoridades. La noticia generó una fuerte reacción entre vecinos, estudiantes y compañeros de trabajo, quienes describen a Elizabeth como una mujer entregada a la educación rural y profundamente apreciada en la comunidad.
La Policía y la Fiscalía anunciaron el inicio de una investigación para determinar los responsables y móviles del crimen, al tiempo que organizaciones sociales y líderes locales exigieron resultados rápidos y acciones concretas que garanticen la seguridad de los docentes en áreas rurales.
Padres de familia y representantes comunitarios señalaron que este hecho refleja la necesidad urgente de reforzar la presencia institucional en la región. “No solo perdimos a una maestra, perdimos a una líder”, expresó uno de los habitantes de la región, visiblemente afectado.
El asesinato de Elizabeth Nieves Mojica deja un vacío inmenso en la comunidad educativa y revive el llamado a proteger a quienes, pese a las dificultades, continúan trabajando por la formación de las nuevas generaciones en zonas apartadas.