
Por: Hugues Gámez Gámez
San Juan del Cesar despide hoy, con profundo dolor, respeto y gratitud, a Zenobia Orozco Crespo, una mujer cuyo nombre quedó grabado para siempre en la memoria colectiva del municipio, reconocida como la precursora del civismo local, por su responsabilidad cívica para convivir en sociedad, que siempre Implicó actuar en beneficio del bien común, fué una cuidadora de los bienes públicos, respetando los derechos de los demás y cumpliendo con los deberes ciudadanos, su vida estuvo dedicada al servicio de la comunidad y a la construcción de un tejido social más solidario, participativo y consciente del bien colectivo.
Durante décadas, Zenobia Orozco promovió iniciativas comunitarias que fortalecieron la organización barrial, la participación ciudadana y el amor profundo hacia San Juan del Cesar, Su liderazgo, firme pero siempre cercano a la gente, inspiró a generaciones a involucrarse en procesos sociales y a cuidar los espacios colectivos como reflejo de su sentimiento por la tierra sanjuanera.
Fue una mujer visionaria, el civismo no lo predicaba, lo ejercía, porque para ella había que enseñar y contagiar a la gente, gracias a su ejemplo, barrios, instituciones y ciudadanos aprendieron que el progreso no solo depende de las autoridades, sino también del compromiso cotidiano de cada habitante.
Hoy, su partida deja un vacío difícil de llenar, pero también un legado inmenso que perdurará en cada actividad comunitaria, en cada jornada de servicio y en cada esfuerzo por mantener vivo el espíritu cívico que ella forjó y ayudó a sembrar.
San Juan del Cesar honra su memoria y reconoce en Zenobia Orozco a una de sus mujeres más ejemplares, cuyo aporte seguirá iluminando el camino del desarrollo social y la unión comunitaria, una mujer cuya entrega incansable al servicio comunitario la convirtió en una de las figuras más emblemáticas y precursora del civismo en el municipio, su imagen, su nombre, será respetado y recordado por esta y demás generaciones, porque queda ligado para siempre a la construcción de una ciudadanía más participativa, responsable y comprometida con la ética y la moralidad.
En San Juan del Cesar y su Zambrano del alma queda el recuerdo de su carácter firme pero amable, sensible, su capacidad para facilitar y unir voluntades y su espíritu profundamente solidario; porque en momentos de dificultad, su figura aparecía como un punto de encuentro; en tiempos de indiferencia, ella recordaba la importancia de la participación; en épocas de apatía, Zenobia despertaba el sentido de resilencia,ella era nuestra dama de hierro.
Su partida deja un vacío que se extiende más allá de lo personal, es la ausencia de una guía social, de un referente de la moralidad, de una mujer que solo sabia servir, sin embargo, su legado permanecerá intacto, en cada escuela que promovió valores ciudadanos, en la sociedad que aprendió el significado del civismo a través de su palabra, en cada rincón de San Juan del Cesar donde su esfuerzo dejó huella.
Que su recuerdo permanezca vivo y su legado siga guiando el camino del civismo en San Juan del Cesar.
La muerte no nos quita a los seres queridos, sino que los inmortaliza en el recuerdo.
Paz en su memoria.
Imagen Zenobia Orozco
