Juan Daniel Nuñez Manjarrez, un líder comunitario, siempre dispuesto a tender la mano a quien lo necesitara.

Por Alcibíades Nuñez

Hace doce años falleció Juan Daniel Núñez, un hombre cuya vida estuvo marcada por el trabajo, la disciplina y el amor por el campo. Su historia, profundamente ligada a la tierra y a las comunidades rurales del Caribe colombiano, sigue viva en la memoria de familiares, amigos y campesinos que lo conocieron.

Nacido el 12 de marzo de 1955 en el centro poblado de Zambrano, municipio de San Juan del Cesar Guajira, Juan Daniel asumió responsabilidades desde temprana edad. Tras la muerte de su padre, con apenas diez años, se convirtió en el líder del hogar junto a su madre, Delia Rosa Manjarrez, su tío Mando y su abuelo “Tita”. Allí aprendió a organizar y ejecutar las tareas agrícolas y pecuarias, cultivando yuca, fríjol, maíz, algodón, patilla, melón y ahuyama, además de criar ganado bovino, equino y mular.

Su pasión por la agricultura lo llevó a estudiar en la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia, en Tunja, donde obtuvo el título de Ingeniero Agrónomo con una tesis sobre la producción de uchuvas en Villa de Leyva. Desde entonces, su vida profesional estuvo dedicada a impulsar proyectos productivos y a fortalecer el sector agrícola en la región.

Núñez ejerció como asesor en el Comité de Cafeteros del Cesar y La Guajira, director de la Umata de San Juan del Cesar, catedrático en el Infotep y docente del SENA en Fonseca. También colaboró con la Fundación Pro Sierra Nevada de Santa Marta y el INCODER. En cada institución dejó huellas de compromiso y entrega, promoviendo iniciativas como huertas caseras, galpones para pollos, mercados comunitarios y créditos para pequeños productores.

En su vida personal convivió con Hilda Ávila, con quien tuvo dos hijos: Klaydex Marcela, ingeniera química en alimentos, y Miguel Ángel, profesional en mantenimiento de maquinaria pesada. Su legado familiar continúa con sus nietos, entre ellos Juan Daniel, quien lleva orgullosamente su nombre y Sareth, la princesa de la familia.

Además de su vocación agrícola, “Juanda” fue amante de la música vernácula del Caribe colombiano. Disfrutaba del vallenato de los hermanos Zuleta y Alfredo Gutiérrez, así como de las rancheras de José Alfredo Jiménez, Pedro Infante y Jorge Negrete, entre otros.

El 4 de marzo se cumplieron doce años de su fallecimiento a causa de una isquemia cerebral. Sin embargo, su recuerdo sigue presente en las comunidades rurales de la Guajira y la Sierra Nevada de Santa Marta, donde impulsó proyectos que transformaron vidas. 

Quienes lo conocieron lo describen como un hombre desprendido de lo material, solidario y siempre dispuesto a tender la mano a quien lo necesitara.

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