
POR: Hermes Francisco Daza
Esta sencilla pero meritoria obra es el tributo a una vida de incansable trabajo social y un sentido homenaje a la memoria de una mujer que enmarco su vida dentro de un inquebrantable código de valores, infinita bondad y amor desmedido, cuya vigencia nunca falto en cada uno de los actos ejecutados en beneficio de una comunidad. Su vida familiar Nació el domingo 23 de Noviembre de 1919, en el hogar de Juan Nepomuceno Florián Blanco y Clara Nicolasa Cortes Brito y fue criada por Carmen María Brito de Cortes, su abuela.
Sus hermanos son: Alicia Clara, Matilde, Elvira y Antonio Rafael Cortes, el menor quien murió a los 13 años, En su natal Caracolí Sabanas de Manuela, estudio hasta segundo elemental; los demás conocimientos, los adquirido en la universidad de la vida. Ana Carmen tuvo una hija, Dolores María Ariza Cortes, y siempre estuvo rodeada por el amor de sus nueve sobrinos: Carlos David, Betulia María, Emel Jacobo, Juldor Salomón, Nicolas Rafael, Vivian Moisés, Auly Jesús, José Gustavo y José Luis que, en unión con sus dos hermanas, la criaron haciendo las veces de madre y padre.

Además, vivió a su lado, Alejandro Borbón Mojica, su ahijado, perteneciente a la etnia Arzaria, a quien crio como hijo. En su inmenso amor, esta mujer tambien es madre para sus nietos, Raúl Enrique y Raúl Edesio. Gestiones Siendo una adolescente, Ana Carmen Cortes mostraba sentido de pertenencia y altruismo; par eso, el pueblo de Caracolí la escogió para que le organizara las fiestas patronales de la Virgen la Candelaria, Así comenzó a trabajar por su amada tierra, lo que le mereció el primer reconocimiento público, Por su entrega y tenacidad, la llamaron “la mujer que si trabaja por su pueblo”; de allí que las habitantes de una de las despensas agrícolas más grandes de San Juan del Cesar la consideraron como una verdadera líder innata y comenzaron a encomendarles las diligencias para solucionar las necesidades del pueblo.
Para ese entonces, estuvo en Santa Marta, capital del Magdalena Grande y en Uribia y Riohacha, capitales de la Intendencia y del Departamento de La Guajira, en busca de solución a los problemas de su región. En 1940 el pueblo de Caracolí, unido como un solo hombre, sin distingo de credos políticos, pidió a las autoridades municipales de San Juan del Cesar que Ana Carmen Cortes fuese nombrada coma corregidora; su primera obra en este cargo fue la consecución de un puesto de agentes carabineros a las cuales, con ayuda del pueblo, las doto de caballos operados; de esta forma protegiendo a los campesinos que eran asaltados por vándalos o cuatreros y ella, personalmente dirigía las comisiones.

En 1946, el director de Asuntos Indígenas de La Guajira, la nombro protectora de fas tribus de la prolongación de la Sierra Nevada. En ese cargo y paralela al de corregidora, freno las injusticias cometidas contra los indígenas Arahuacos, Koguis y Arzarios, quienes constantemente eran despojados de sus tierras, animales de corral y cosechas. En 1970, fue elegida presidenta departamental de Usuarios Campesinos de La Guajira; allí causo admiración par ser la única mujer entre los 23 departamentos. Para entonces, programaron el Primer Congreso de Usuarios Campesinos, el cual se llevó a cabo en el salón de conferencias del Ministerio de Agricultura. En esa oportunidad puso en alto nuestro departamento, pues era la participante que más conocimientos tenía acerca de los problemas y necesidades de los campesinos indígenas, Previo al congreso, se preparó durante 22 días, asesorándose con funcionarios del Incora, el ICA, el Idema y el Inderena.
El siete de julio de 1970, en pleno Congreso Campesino, la delegaron para una entrevista con dona Cecilia de la Fuente de Lleras, encuentro al que asistió acompañada de siete damas campesinas de igual número de departamentos. Durante esa reunión pidió a la Primera Dama de la Nación que el Bienestar Familiar atendiera a las regiones indígenas de Colombia; exigió el seguimiento y control a la paternidad responsable, sancionando a los padres que no querían atender a sus hijos, dejándolos abandonados a su suerte, Por su carisma y liderazgo natural, Ana se ganó la simpatía del presidente Lleras, quien le ofreció su brazo y pidió el honor que lo acompañara del Palacio Presidencial al Capitolio Nacional para instalar el Primer Congreso Campesino.
Inaugurado el congreso, fue invitada al Planetario y ante los asistentes al congreso, recibió de manos del señor Alcalde Mayor de Bogotá, las llaves de oro de la ciudad, declarándola huésped de honor, distinción que solo se les hada a personas que, por su trabajo público, contribuían al bienestar de la Nación, No se enorgullece de esto, pero si desea que el departamento recuerde a esa hija de Caracolí Sabanas de Manuela del Municipio de San Juan del Cesar, como la campesina que por ser humilde paso a la historia del campesinado colombiano.

Logros Como corregidora, consiguió con las administraciones municipal y departamental, muchas obras para su tierra natal: con la participación de la comunidad construyo a pico y pala la carretera que comunica a Caracolí con San Juan; también construyo y doto dos aulas escolares con sus respectivos educadores; igualmente se le reconoce a esta mujer, la dotación del puesto de salud y la contratación de sus promotoras; becas y auxilios para los niños de escasos recursos; la construcción de la primera iglesia, la que fue demolida más tarde para dar paso a la edificación actual; era ella la encargada de llevar a las sacerdotes a las fiestas patronales y culturales de La Sierrita, Atanquez, San Juan del Cesar y de Riohacha; también construyo la corregiduría y con el apoyo de la señora Senobia Orozco de Suarez, entonces alcaldesa de San Juan, logro la construcción del matadero y de un expendio de carnes. Silenciosamente, así trabajaba Ana Carmen Cortes, contribuyendo con su grano de arena al desarrollo del terruño que la vía nacer.
Entre otras importantes acciones, se le reconoce el hecho que la caja Agraria, hoy Banco Agrario, les hiciera préstamos a los campesinos de la región para que pudieran trabajar sus tierras. Par su importante desempeño y organización, fue avalada por las autoridades competentes para llevar registro de nacimiento y fallecimiento de las habitantes de su terruño.
Siendo corregidora, le llevo la paz a Caracolí, pues quien infringía la Ley era castigado severamente, No dejaba pasar por alto ninguna falta y para ello, conformo dos grupos: uno integrado por los hombres pacíficos del pueblo y el otro, por los agresivos. Cuando alguien cometía una falta grave, lo reprendía con el respaldo del grupo a fin con el carácter del agresor. De Ana Carmen Cortes podemos decir que, si Inglaterra tiene su dama de Hierro, Caracolí tiene su dama de Acero.
Con el comandante del Grupo Mecanizado No. 2 rondón de Buenavista, consiguió la autorización para expedir, con el sello de la corregiduría, salvoconductos a las personas de bien que gozaban de plena credibilidad y respeto en toda la región, y cuando ciertos ciudadanos sobrepasaban el límite y quebrantaban el orden público, no vacilaba en ir al ‘Rondón’ y solicitar un piquete de 20 soldados, las cuales permanecían en el sitio hasta que se reestableciera la tranquilidad.
Por intermedio de la sede central de la Caja Agraria, consiguió un auxilio de cinco mil pesos para los campesinos; sin embargo, ante el incumplimiento de la entidad bancaria, se veía precisada a tomarse, en compañía de 500 campesinos de la región, la sede de la Caja Agraria en San Juan del Cesar; la toma durante tres días, tiempo que la Central tardo en cumplir con lo pactado, Con los campesinos deportados de Venezuela, junto a los que no poseían tierra, asesoro y planifico la invasión de Mingueo.
En esta revuelta, detuvieron a 66 campesinos, pero su representante Augusto Suarez Melo, consiguió que el Presidente de la Republica le atendiera una llamada telefónica que hizo desde la Gobernación de La Guajira, con el visto bueno del Gobernador encargo, Enrique Urbina Pinto. La llamada tuvo sus frutos y el presidente envió de incognito al Procurador General de la Nación, quien ayudo a resolver los problemas de los detenidos.
Anécdotas de la líder
Llegada del Ministro de Obras Una vez que cabalgaba por los alrededores de su finca “La Lolita”, un grupo de campesinos de los corregimientos adyacentes a Tomarrazon, la interceptaron para pedirle que los acompañara a Riohacha para solicitarle a Caminos Vecinales, la construcción de vías de penetración a dichos territorios. Montada en el destartalado Jeep de Jacobo Guerra, se trasladó hasta la Capital. Al llegar, les informaron que en la ciudad se encontraba el ministro de Obras Públicas y ella les dijo a sus compañeros: “eso está de oro, vamos es para donde el ministro”.
En efecto, este presidia una reunión en fa primera sede de la Universidad de La Guajira. En el lugar, los agentes de la seguridad no los dejaron pasar par estar mal presentados. Inconforme, pero muy serena, ordeno a los campesinos hacer una fila y les pidió que esperaran en la puerta. Cuando el Ministro salió, ella se le presento y le explico los motivos de su presencia en ese lugar diciendo: “no -contamos con vías de penetración a la despensa agrícola de Riohacha y dada fa circunstancia que el municipio no ha tenido capacidad ni voluntad para solucionar los problemas, venimos a pedirle su ayuda; entonces, el alto funcionario de la Nación, con una amplia sonrisa y un gesto de admiración, los atendió ante el asombro de los asistentes y en especial de sus compañeros que atentos, veían que se desenvolvía con naturalidad y convencimiento ante el personaje a quien solo oían por la radio. Y claro, mayor fue su sorpresa cuando el Ministro les dio una partida de 100 mil pesos, acompañados de un beso en la mejilla; el Ministro le dijo, poniéndola como ejemplo: “gente como usted es la que necesitamos en este País”. De los 100 mil pesos, gastaron 20 en herramientas y hoy cuentan con su vía de penetración. Viaje a Bogotá Un día, el gobernador Joaquin Freyle, le hizo a Ana Carmen una invitación para ir a Bogotá a una entrevista con el Presidente de la Republica, Misael Pastrana Borrero, en la que le exponían la grave necesidad que tenía el pueblo riohachero de un acueducto.
Ella le dijo al Gobernador: “es la primera vez que un campesino es invitado por la oligarquía a participar en las soluciones de los problemas más agobiantes de la comunidad. Solo espero no ser utilizada por ustedes y ser llevada como bulto vario. Si realmente desean mi presencia, tienen que darme la oportunidad de intervenir”. Cuando iban a partir, no hubo cupo en el avión para ella; entonces la enviaron por vuelta de Barranquilla. La cita estaba prevista para las 11 de la mañana.
Ella llego retrasada y visiblemente desesperada. En el aeropuerto El Dorado, la esperaban varios funcionarios del Ministerio de Agricultura quienes de inmediato la condujeron al Palacio Presidencial. Allí, ya se encontraba la delegación guajira, ventilando la problemática del acueducto. Solo podían intervenir cinco personas y ya estaban designadas, Su disgusto fue notorio al ver que ella no se encontraba entre los escogidos; ¿estaba exasperada aún más por la exposición conformista con que se estaba tratando el problema, y cansada de preguntar por señas, al doctor Eduardo Abuchaibe Ochoa, “y yo que?”.
Al verse ignorada, respetuosamente pidió una interpelación; el Presidente Misael Pastrana Borrero que la observaba dijo: “tiene la palabra Señora”. Se puso de pie, tomo un sorbo de aire y con coraje y sed de solución, comenzó a decir: “señor Presidente, el tema ya se lo han planteado mis compañeros desde su perspectiva, pero lo que aquí no se sabe es que mientras el preciado líquido llega a todos en el centro de la ciudad, a los tugurios y barrios periféricos jamás ha llegado una gota de agua”. Hizo una pausa y señalando a la colonia criolla prosiguió: “ellos nunca han vista una comunidad desesperada hacienda cola por más de tres horas para recoger agua; niños apedreándose entre sí; madres tirándose del cabello para poder conseguir un poco de agua, Si usted da la orden que me entreguen una tubería que tienen allá apilada, le garantizo que en menos de un mes estarán construidas dos piletas para calmar un poco la sed a ese sector marginal de la ciudad.
El presidente accedió a su propuesta y ella cumplió con su palabra, construyendo con la participación ciudadana, dos grandes albercas que apaciguaron, por muchos años, la sed de un gran sector del pueblo riohachero. Entrega de la Casa Campesina Con el Ministro de Agricultura, Ana Carmen Cortes consiguió la primera Casa Comunal Campesina que hubo en Colombia, la que fue construida en su natal Caracolí Sabanas de Manuela y en honor al sector del agro, la bautizo con el nombre de Casa Campesina. Ese día fue una fiesta inolvidable para su terruño.
Desde Bogotá, un delegado del Ministerio vino a entregarle la casa; también se hizo presente el doctor Álvaro Lacouture Acosta, quien le entrego una planta de energía eléctrica gestionada por su hermano y Representante a la Cámara, Elías Lacouture Acosta. A la llegada del doctor Lacouture Acosta, ella no pudo salir enseguida a recibirlo y, el sarcásticamente, cuando la vio le dijo: “caramba Ana Carmen, se te va a caer la corona”, a lo que ella, con una sonrisa a flor de labios y un sutil toque femenino, le contesto: “doctor, estaba ocupada recibiendo la Casa Campesina, de mano de un funcionario del Ministro de Agricultura”.
Así era ella Así fue Ana Carmen Cortes: sencilla, humanitaria, noble, cariñosa, honesta, desinteresada, amiga inigualable, madre ejemplar, abuela abnegada y sobre todo, trabajadora incansable; cumplidora de su deber, digna de ponerla corno ejemplo para las generaciones presentes y futuras. Difícilmente, en nuestra tierra vuelve a nacer otra persona con esas características, con ese temple de acero, hecha para el trabajo. Fe de esto, fueron los 30 años de ejercicio coma corregidora de Caracolí, donde se convirtió en el timonel del pueblo y el bastión del orden, la seguridad y la justicia, imponiendo en todo momento la Ley; esto le mereció el respeto y aprecio de sus coterráneos, En ‘La Lolita’ Retirada del ejercicio público se radico en Riohacha, pero la mayor parte del tiempo permanecía en su finca “La Lolita”, y en diferentes oficinas, buscando mejores condiciones de vida para los habitantes de las zonas rurales de este municipio, en especial, las aledañas a la vereda La Nueva Colonia, donde tenía sus tierras, Allí, se dedicó a la ganadería y a la agricultura, eso sí, sin descuidar jamás a su Caracolí Sabanas de Manuela y a su Virgen de la Candelaria a la que sagradamente visitaba cada dos de febrero.
En ese lugar se reencontraba con sus paisanos del alma. … Y un adiós para no volver Por causa de una enfermedad que la aquejaba, la líder fue llevada a la ciudad de Bogotá para someterla a un tratamiento médico, Consciente de su mal estado, pidió que la trajeran para su amada Guajira, pero Dios no lo quiso así; Él quiso que muriera en la tierra donde libro las más decisivas batallas para defender los intereses de su gente. La muerte la sorprendió la tarde del sábado 16 de agosto de 2003 y sus exequias se cumplieron en Riohacha, el lunes 18, sellando una vida digna de admiración.