
Por: Hermes Francisco Daza
San Juan del Cesar será sede del trigésimo sexto encuentro de periodistas del sur de La Guajira, el sábado 15 de febrero del presente año a la celebración del día del Periodista Colombiano.
A este encuentro los periodistas tendrán la oportunidad de intercambiar ideas, así como también de estrechar sus lazos de amistad a partir de las 11:00 a.m. en Sala de Eventos Richard, avenida Manuel Antonio Dávila de este municipio.
El comité organizador del evento informo que los comunicadores participaran de una jornada académica “el periodismo de ayer y hoy”, reconocimientos, rifas y un almuerzo Típico sanjuanero y finaliza con una Parranda Carnavalera, con la presentación de compositores y artistas de la región.
¿POR QUÉ EL 9 DE FEBRERO?
El Día del Periodista se celebró en Colombia porque en nuestro país la historia del periodismo se inició el 9 de febrero de 1791. En esa fecha apareció la primera edición del ‘Papel Periódico de la Ciudad de Santafé de Bogotá’.
Esta publicación, que circuló semanalmente hasta el año de 1797, fue dirigida por el cubano Manuel del Socorro Rodríguez.
Dos publicaciones que circularon seis años antes -El Aviso del Terremoto (salió un solo número, de una página) y la Gaceta de Santafé de Bogotá (alcanzó las tres entregas, de cuatro páginas cada una)- se consideran como, precursoras del semanario de Rodríguez, pero no como órganos periodísticos propiamente dichos, debido a que no hubo periodicidad en sus ediciones.
El Papel Periódico de Santafé de Bogotá se tiró en una imprenta que la corona española había confiscado a los sacerdotes jesuitas, quienes habían sido expulsados por orden real de todos los dominios españoles.
Tres intereses confluyeron para que se le diera vida a este nuevo periódico: la necesidad de crear un nuevo objeto de consumo social, la política cultural y educativa de los Borbones (que buscaba trasladar el despotismo ilustrado a las colonias) y el afán de consolidar un ambiente intelectual en la Nueva Granada.
LA DURA REALIDAD
Cuentan los que saben de periodismo, que para que una noticia pueda calificarse como tal entre los lectores u oyentes, debe producir o generar una especie de rasquiña, escozor, interés, urticaria o como se llame.
El periodismo es de los pocos oficios o profesiones en el cual quien ejerce ese trabajo debe ser un desvelado defensor de la gente, de la comunidad, de las cosas de su pueblo, de su entorno. Uno de mis colegas es de opinión y estoy de su lado, que muchas veces los periodistas saben primero las cosas que los mismos miembros de la autoridad. Que es al periodista a quien acuden en primera instancia las gentes para poner una querella, antes de que la comuniquen a las autoridades o a los funcionarios del Estado. Esa es la razón de ser de quienes creen que el oficio del periodista, con el respeto de los demás trabajos y trabajadores, es el mejor del mundo, pero al mismo tiempo es uno de los peores remunerados del país.
Solo a quien le guste este trabajo labora todo el día en aras de obtener una remuneración buena y saludable. Es el periodista un trabajador, tanto de estrato seis como del estrato cero o uno. Se sienta en un momento dado a manteles con políticos, autoridades, reinas y gobernantes y a los pocos momentos está en el barro de los sectores marginales, buscando la noticia para los medios de comunicación. Que decir de aquellos que llegan a sus casas y no tienen para atender las necesidades del hogar.
En aras de ser un buen reportero, redactor, radio-periodista o como se llame, quien ejerza este trabajo debe ser entonces un desvelado amante de su profesión, servidor y orientador de la comunidad, respetado y respetuoso.
Debe ser como el policía, como el sacerdote, como el buen servidor público un ejemplo para la sociedad. No se aceptan periodistas a medias, se requiere gente pulcra, consagrada a este oficio. La sociedad así lo requiere.
Hacer periodismo desde las regiones no es una labor fácil. Por el contrario, el periodista de cualquier medio, llámese escrito, televisión o radio, debe ser mucho más cuidadoso al abordar un hecho noticioso, pues lo que informa en cierta medida puede tener estrecha relación con personajes conocidos por muchos en el conglomerado social y es posible comprobar sin mayor esfuerzo la realidad.
Es decir, la rigurosidad siempre debe estar presente, sin ambigüedad, si no se quiere correr riesgos. Pero esta circunstancia, lejos de incomodar, es de sumo provecho. Con razón algunas estadísticas confiables y sondeos de opinión les reconocen a los medios regionales más de las dos terceras partes de la lecturabilidad.
A lo largo de mi vida nací entre los periodistas para crecer al lado de ellos y he tenido la fortuna de mantener buenas relaciones con los valiosos hombres y mujeres que cumplen la difícil pero hermosa labor de informar y comunicar con decoro, Felicitaciones.
SOLIDARIDAD GREMIAL
En un estimulante de solidaridad gremial se celebró el “Día del periodista”, oportunidad insuperable para recordar las grandes jornadas desarrolladas por los auténticos voceros de la opinión publica con el propósito de mantener vigente todos aquellos principios y valores que caracterizan al pueblo colombiano y que son todavía, afortunadamente, loas pilares de la nacionalidad. Sin la tarea diaria de los periodistas tal vez no hubiera sido posible garantizar la continuidad de ese espíritu nacional que convida a seguir bregando, no importan las terribles circunstancias, contar de lograr una patria menos be licosa y mejor estructurada. Algunos sectores, que en ningún caso representan las mayorías, se obstinan en obstaculizar el trabajo de los informadores. Motivos muy particulares los llevan a no comprender las abnegadas finalidades de unas funciones irrevocables que son la mejor interpretación de la voluntad de una colectiva que repudia la Barbarie. El periodismo colombiano ha sido y es fiel a su misión de velar por el bienestar y la seguridad de la Nación y de sus habitantes. En estos momentos de confusión que vive Colombia, la prensa cumple su labor todavía más necesaria. Sin exageraciones analiza los acontecimientos nacionales para dar justo valor a cada uno de ellos, con un realismo edificarte porque sin caer en el pesimismo destructor, no comete el error de ocultar las consecuencias de cada suceso.
Con objetividad ejemplarizante se sitúa en el punto que le corresponde, no coma mera balanza entre el bien y el mal, o entre la honestidad y el delito, si no mucho más: coma defensora de unas tradiciones que cobran renovada transparencia a medida que aumenta el caos colombiano.
Par eso, es saludable que este 9 de febrero las periodistas hagan una breve escala en su prolongado itinerario, coma ocasión para revisar su agenda de trabajo y robustecer su voluntad indomable deservir al país coma sistema institucional y como fuente natural de todo lo que significa y vale el hombre colombiano.
Esta fecha es ocasión, igualmente, para renovar la fe en una profesión que sí, ciertamente, exige numerosos sacrificios, ofrece, igualmente, gratas satisfacciones, como esas que produce el cumplimiento del deber inexorablemente cotidiano.
Felicidades a usted (es) quien (es) hace (n) de su labor cotidiana un modelo de vida, de honestidad, de transparencia y de imparcialidad, para conducir a la cotidianidad donde viven e insertan a la sociedad universal.