Trupio Gacho significa amor

A Trupio Gacho sus habitantes lo definen en una palabra: amor. Ellos todo lo hacen con amor. Este resguardo está ubicado al sur de La Guajira, es el más grande de la zona, con una población de casi 4.000 habitantes, 12 comunidades y 30 autoridades tradicionales. Su gente se dedica a varias actividad productivas: “Nos enfocamos en el tema de ovino y caprino; también en las artesanías, es un fuerte dentro de la comunidad; estamos explorando un poquito el tema de turismo, ya estamos trabajando eso como resguardo, pero apenas estamos iniciando”, afirma José Ángel Gómez Epieyu, cabildo gobernador del resguardo.

Además de ser extensos, también tienen una condición que los hace únicos: “Somos diferentes a todos los demás resguardos porque estamos asentados en dos municipios, tenemos dos comunidades ubicadas en el territorio de Hatonuevo, las otras estamos en el municipio de Barrancas”, menciona el cabildo.

Y, tienen otro factor diferencial, su orden interno, por cómo cuenta José que logran caminar en el mismo sentido las casi 4.000 personas que habitan el territorio: “En nuestro plan de vida ya nosotros nos imaginamos el resguardo dentro de diez años, ya debería por lo menos de estar todas sus vías pavimentadas, nos debe visitar mucha gente, no solo de aquí de la zona, sino de afuera tratando de conocer nuestro territorio. Solucionado el tema del agua también. Vemos una mejor relación con todas las entidades, no solamente públicas sino privadas que están alrededor, es un trabajo que estamos haciendo desde el interior de la comunidad, manejar una buena relación con los vecinos. Esto lo hacemos de comunidad en comunidad. Hemos caminado todas las comunidades preguntan cómo quieren ser, qué quieren, cómo ven el resguardo, cómo quieren ser representados; todo es un proceso de consulta interna para poder llegar y decir esto es lo que queremos entre todos”.

Para José Ángel, su vecino, Cerrejón ha traído muchos cambios y la comunidad se ha adaptado: “Creo que como todo, han habido cosas positivas, si miramos a futuro todos esos cambios también nos ha permitido que ahora en la población del resguardo tengamos médicos, ingenieros, administradores, contadores; una gama de profesionales a disposición, muchos con apoyo de la empresa.  La relación con Cerrejón como tal sí ha fluido, una de las de las obras que se ha hecho dentro del territorio es una intervención en un ojo de agua que tenemos. Una autoridad del resguardo, José Epiayú, cuenta de qué otra manera se han visto beneficiados por la compañía: “Anteriormente trabajamos en el pastoreo y la agricultura, cuando llegó la empresa aprovechamos para empezar a trabajar en la construcción de la mina”. 

Y con amor enseñan nuevas cosas, como que el recibimiento que hacen las comunidades con el tinto es porque esa bebida es  medicina para el wayuu. Aníbal Pino, sabedor de medicina tradicional de la comunidad en Ushare, lo explica así: “Es una toma para compartir, en medio de ese compartir está el diálogo, el cual lleva a la gente. Antes era así en la infancia, con los jóvenes, el brindis del tinto. Con eso se hace la armonización, con el tinto. El recibimiento para una persona es el tinto, ¿por qué razón? Porque hace parte de la medicina del wayuu”.

Desde este resguardo dueño y señor de miradores con vistas majestuosas, desde donde se puede ver Hatonuevo y Barrancas, la operación de la mina, los corregimientos y hasta el municipio de Fonseca, desde aquí solo se respira el sentimiento que ellos significan, amor.

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