Por : Luis Horgelys Brito Ariza
Abogado defensor de los SPD, Activista social y veedor ciudadano.
En los últimos días, como activista social y veedor ciudadano, tuve la oportunidad de visitar el corregimiento de Los póndores, en San Juan del César, La Guajira, y presenciar de primera mano una situación de calamidad que afecta a la comunidad. El sistema de alcantarillado ha colapsado, provocando filtraciones y el desbordamiento de aguas negras y servidas, creando una cascada de materia fecal que se derrama por las calles. Este problema, que pone en grave riesgo la salud pública, no solo es indignante, sino también totalmente evitable si se tomaran las medidas adecuadas.
La comunidad de Los póndores ha hecho repetidas denuncias ante las autoridades locales, incluyendo la administración municipal, la Secretaría de planeación y Valorización, el Inspector de Servicios Públicos, CorpoGuajira y la Secretaría de Salud. Sin embargo, estas instituciones han actuado con un nivel alarmante de indiferencia y negligencia. A pesar de la gravedad de la situación, los responsables han hecho caso omiso de las alertas y han fallado en brindar una solución efectiva a la problemática.
Es inaceptable que, en pleno siglo XXI, una comunidad esté expuesta a condiciones tan precarias. La irresponsabilidad de los funcionarios públicos no solo es evidente, sino también peligrosa. Los riesgos de enfermedades gastrointestinales, brotes de cólera y otras infecciones por la contaminación de las aguas son inmediatos. Las autoridades encargadas de velar por el bienestar de la población deben estar a la altura de las circunstancias y actuar con altruismo social, pero lo que vemos es una falta de compromiso con los ciudadanos que confían en ellas para garantizar sus derechos fundamentales, como el acceso a servicios públicos esenciales.
La administración municipal de San Juan del César tiene la obligación de tomar cartas en el asunto y actuar con urgencia. Las entidades responsables de los servicios públicos deben garantizar la continuidad y el funcionamiento adecuado del alcantarillado, y en este caso, están fallando de manera rotunda. Es hora de que se asuman responsabilidades, se tomen decisiones oportunas y se implementen soluciones efectivas para evitar que una situación tan grave siga afectando la salud y el bienestar de la población.
En este contexto, hago un llamado urgente a la acción, no solo de las autoridades locales, sino también de los ciudadanos, para exigir que se tomen medidas inmediatas ante este desastre. No podemos permitir que la indiferencia y la desidia continúen afectando la calidad de vida de las personas más vulnerables.
Es fundamental que los responsables de esta crisis den la cara, atiendan las demandas de la comunidad y restablezcan de manera inmediata los servicios públicos domiciliarios en la zona. Los póndores y toda la población de San Juan del César merecen vivir con dignidad, en un entorno saludable y sin el temor a enfermedades causadas por la negligencia de sus autoridades. La responsabilidad social no puede esperar más.