La Guajira, una Aventura Mágica. Proyecto de Colombia más Competitiva para empoderar mujeres de esta región.

Por: Angela Galeano <angelag@wherenext.com>

La Guajira tiene atractivos naturales y culturales únicos que la convierten en un destino apetecido por turistas nacionales e internacionales. Por esta razón, desde C+C trabajamos en el mejoramiento de la gestión del destino, apoyando el desarrollo de productos y servicios más sofisticados, que atraigan turistas de alto gasto, mejorando así los ingresos del territorio y aumentando las ventajas competitivas de la región.

Apuntando a la necesidad de mejorar la competitividad de la cadena de valor del turismo sostenible de naturaleza en Riohacha, Manaure y Uribia, el proyecto La Guajira, una Aventura Mágica avanza a través de tres líneas de acción: 1. Promoción y comercialización de los productos turísticos en función de los mercados objetivos. 2. Incremento de la oferta de experiencias turísticas sostenibles diferenciadas, de acuerdo con las necesidades actuales del mercado. Y, 3, en el mejoramiento del encadenamiento entre los diferentes eslabones de la cadena.

Luz Dary Londoño, artesana beneficiaria, expresa cómo hoy la promoción y comercialización se ha vuelto indispensable al pensar en la generación de empleo para más mujeres: “cuento con un grupo de 5 artesanas que me tejen las mochilas, yo decoro en las noches con piedras, tejidos y encajes, en el día estoy en el local”, afirma. “Pero mi misión es poderles enseñar para que ellas sean las que puedan decorar, así yo puedo buscar más contactos y ventas afuera, dándole más trabajo a más artesanas. Además, podría dar a entender aún más el trabajo que tiene este arte, pues lleva mucho esfuerzo”, añade.

El mercado actual y potencial demanda experiencias turísticas diferenciadas, por ende, emprendedoras como Soribel Mejía, brindan una oferta cada vez más ajustada a los requerimientos, sin perder su tradición: “Contamos con 8 habitaciones para alojamiento, 4 de ellas son ecológicas porque están hechas de barro, pero dentro de ellas hay botellas de plástico rellenas de arena que es lo que las sostiene”, señala. “Fue un trabajo bastante artesanal y es un hospedaje bastante típico, pero con comodidades; por ejemplo, algunas habitaciones ya cuentan con aire acondicionado y otras con ventilación”.

Andry Paola Julio, otra artesana beneficiaria, cuenta cómo le agrega valor a su bisutería ancestral: “Buscamos que la cultura y el conocimiento ancestral se pueda ver en el arte. Trabajando con la protección de las piedras, hacemos collares, anillos y otros artículos de bisutería”. Además, afirma que “tratamos de que se vea la innovación, pero sin dejar atrás la cultura. Porque muchos turistas cuando llegan al puesto quieren conocer la historia, así que hacemos que la protección de las piedras sea fuente de nuestra innovación”.

Estos avances, como asegura una de las mujeres participantes, no serían posibles sin un trabajo de empoderamiento y estímulos positivos: “tener motivación nos lleva a hacer cosas que no imaginábamos”, “a nosotras nos empodera cada día más lo que estamos haciendo y el conocernos y unirnos como red nos da más fuerza”. O como Neidis Edith Díaz mencionó en el círculo de cierre: “hoy sé dirigirme a las personas y puedo ser una líder con voz sin miedo de hablar”.

Para algunas, como Elida Epiayu Ipuana, es la primera vez que reciben capacitaciones, y ven este conocimiento como la ruta en la que “más personas empiezan a valorarlos y a valorar su cultura. Esto se convierte en un intercambio de saberes; los Wuayuu les enseñan a los turistas y ellos aprenden de los ‘arijuna’”.

Amanda Solano, otra de las guajiras beneficiadas, hoy sabe cómo llevar los gastos de su emprendimiento y considera que puede ser de gran ayuda para salir adelante: “nos enseñaron a utilizar plataformas de pago, a llevar gastos, a tener la capacidad de ahorrar para nuestros negocios, porque yo vendía y me lo gastaba, así que nos enseñaron a definir cómo salir adelante”.

El camino apenas empieza para este grupo de más de 65 mujeres empoderadas que, uniendo la fuerza de esta red femenina de esperanza, buscan aumentar la competitividad y transformar a La Guajira en una tierra cada vez más fértil en oportunidades.

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