Ismael Enrique Rojas Brochero en el sitial de la gloria eterna.

Por: Hermes Francisco Daza

El pasado 14 de abril se cumplieron el tercer aniversario de su sensible fallecimiento de quien en vida fue un gran amigo. Por siempre serás el mejor superhéroe de nuestros cuentos. Es difícil explicar lo valioso que fuiste en nuestras vidas… Que Dios te conceda paz eterna. Sabemos que ahora estás bien. Te extrañamos con el alma. 3RG Iba, Jachy y Ellem.

La pérdida de un ser querido siempre deja un vacío enorme. La pena y la desesperanza siempre hacen acto de presencia en esos momentos de dolor y de nostalgia cuando el ser querido se ausenta para siempre.

El sensible fallecimiento del sanjuanero Ismael Enrique Rojas Brochero ha conmovido las fibras más íntimas del corazón de sus paisanos que lo apreciaron y vieron en él la persona carismática, dispuesta a servir y de una sencillez sin límites.

Nació el cinco de marzo de 1952 en la población de Los Haticos, jurisdicción del municipio de San Juan del Cesar, La Guajira; fue el mayor de once hermanos del hogar formado por Ismael Germán Rojas Alarza y Matilde Elisa Brochero.

De su padre heredó el amor por el campo y de esta manera se arrojó a desafiar a temprana edad la faena campestre en la finca de Hernán Maestre Pavajeau en jurisdicción de Maríangola, municipio de Valledupar donde laboró por un tiempo de veinte años.

En esta región fue muy apreciado y se ganó el afecto de todos los mariangoleros que lo llamaban con cariño “Rojita”. A pesar de su corta edad, en él se denotaba ese afán de lograr con base al trabajo un estado de superación que destellara en él un buen porvenir.

Y esto hizo sentir orgullosos a sus padres. A edad de diez años se trasladó con sus progenitores a San Juan del Cesar donde comenzó a labrar su porvenir. Ismael fue un padre amoroso, hermano noble y un amigo dilecto. De él siempre emanó un efluvio de calma apaciguadora, impecable en su amistad y en sus maneras.

Se podría decir que Ismael Enrique fue el escultor de su propia estatua Formó un hogar espléndido con Josefina Gil Montaño cuyo nido hogareño fue una escuela de disciplina, de control moral y espiritual en que se conjugaron todas las virtudes y en que cada día se ponía a prueba el carácter de él y la virtud de ella.

Su hogar fue un nido de esplendor en que resplandeció el amor, la comprensión y la dulzura De esta sagrada unión que sobrevivió cuarenta años se dio el fruto de tres hijos: Ibama, bacterióloga, especialista en microbiología médica y maestrante en epidemiología. Se desempeña como líder de Vigilancia Epidemiológica de Valledupar. Jesús Enrique, administrador de empresas con especialización en alta gerencia. Se desempeña como jefe de división de tesorería en la empresa de Servicios Públicos en Valledupar. Eyleem Rojas Gil, ingeniera de sistemas, especialista en marketing y talento humano. Maestrante en Marketing digital. Gerente de impresos Universal del Norte en Valledupar.

En 1995 a la familia Rojas Brochero la cubre un manto de dolor cuando fallece uno de los hermanos, Luis Rafael Rojas, (socio de Apuestas del Sur). Ante la ausencia de su hermano, Ismael le tocó ponerse frente a la misma aplicando su leal honestidad y responsabilidad lo que le valió dos años después ser nombrado gerente de la entidad en la que demostró toda su aptitud y habilidad empresarial constituyendo a Apuestas del Sur como la empresa de mayor solidez y de entera confianza en la región.

Fueron cuatro años frente al manejo empresarial para luego más tarde ocupar la presidencia de la junta directiva por un tiempo de quince años dejando frutos de buen provecho. Ismael fue un visionario. Quiso ir más allá donde otros no veían ese horizonte refulgente. Y lo logró escalando y venciendo obstáculos.

Lo único que genera fortunas sólidas y duraderas es el trabajo honesto y los hijos acrecentarán esa fortuna y luego devolverán a sus padres en bendiciones y respeto, bendiciones que Ismael y Josefina reciben en el cielo en eterno gozo.

En Valledupar vio la fuente de su brillante porvenir y se trasladó con su familia a esa ciudad generosa dedicándose a la actividad agropecuaria. Fue más allá cuando se dedicó a la actividad empresarial y con ese espíritu de altruismo creó la empresa Impresos Universal del Norte generando empleo y proyectando a innumerables profesionales que por allí pasaron. No se quedó corto y emprendió con la construcción de viviendas y en el año 2010 se le midió al sector gastronómico con la apertura del restaurante 3RG.

Su calidad empresarial se iba extendiendo en la región y así fue conocido en Valledupar y el sur de La Guajira en que cada día gestionaba proyectos en bien del desarrollo económico de la región.

Fue tanto el empuje empresarial de este visionario sanjuanero que la asamblea del Departamento del Cesar le hizo meritorio de una condecoración; de igual manera Fonseca lo declaró hijo adoptivo y en varios municipios del Cesar fue objeto de homenajes, lo mismo que en su terruño donde se hizo merecedor de un justo reconocimiento a su labor social por lo que se considera el haber dejado una huella imborrable.

El mes de noviembre de 2019 fue para Ismael un mes de dolor y de sufrimiento cuando ve con desconsuelo total que su compañera, Josefina Gil Montaño se va eclipsando de su vida como los rayos del sol cuando declina la tarde. Una ausencia que soportó con tesón “Aunque no te tendré a mi lado siempre te llevaré en mi corazón” al parecer fueron las palabras que a diario musitaba Ismael como una dulce plegaria para darle un alivio a su corazón desgarrado por el dolor.

Su muerte se produjo un año y cinco meses después de la partida de Josefina, su compañera de tantos años donde sus espíritus se habrían de encontrar en la morada celestial y seguir siendo felices como lo fueron en este mundo terrenal

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