Cos caudales promedio del arroyo bruno han
aumentado en los últimos cinco años
Los caudales promedio del arroyo Bruno han aumentado durante
los últimos cinco años, tal y como demuestran los monitoreos permanentes que
realiza el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales
(IDEAM). Los datos demuestran que la operación minera interactúa de forma
armónica con el entorno y se ha mejorado la disponibilidad de agua superficial
del arroyo Bruno.
El Ideam cuenta con estaciones de monitoreo hidrológico para
monitorear los caudales en la cuenca del arroyo. Con la entrada en operación
del cauce modificado, desde el año 2016, se amplió la red de monitoreo
hidrológico con la instalación de siete estaciones, de las cuales cinco se
encuentran en la cuenca baja del arroyo Bruno y dos en el río Ranchería, antes
y después de la desembocadura del Bruno. Los resultados permiten determinar
que, antes del desvío, el arroyo se comportaba como un arroyo estacional que fluía
en las temporadas de lluvias y que se secaba en los períodos de enero a abril y
de junio a septiembre, mientras que en la actualidad, una vez que se ha
estabilizado el nuevo cauce, este ha fluido de manera permanente durante los
últimos dos años.
Además de esto, la calidad del agua, según los parámetros
establecidos por la normatividad colombiana, es apta para el consumo humano con
un tratamiento convencional (como en cualquier fuente de agua del país que se
destina para este uso). Estos resultados han sido obtenidos tanto en análisis
de laboratorios independientes (acreditados por la autoridad nacional
correspondiente) como por el IDEAM y Corpoguajira, que han confirmado que la
calidad del agua respondía a los niveles establecidos por la normatividad
nacional.
“El arroyo Bruno está muy vivo y se evidencia en el hecho de
que el nuevo cauce ha mejorado la disponibilidad de agua, lo cual se ve
reflejado en el aumento de su caudal y que la calidad del agua que corre en el
arroyo es apta para el consumo humano, bajo tratamiento convencional. Quiero
destacar que, en las 25 campañas de monitoreo de fauna, hidrobiología y flora
realizadas a lo largo del nuevo cauce, los resultados obtenidos nos permiten
llevar una trazabilidad de la evolución, la recuperación y el buen estado que
ha logrado alcanzar este ecosistema, donde se ha garantizado la vida de los
animales, el crecimiento de los árboles y el acceso al agua de las comunidades;
lo que redunda en la provisión de los servicios ecosistémicos. Estos logros de
ingeniería ecológica en beneficio de los ecosistemas de la región no se pueden
perder”, manifestó Luis Madriñán, gerente de Gestión Ambiental de Cerrejón.
Seis años después de su modificación parcial, el
arroyo bruno está muy vivo
El nuevo cauce, además de mantener su flujo de agua, se ha
convertido en un corredor de biodiversidad que alberga casi 400 especies de
fauna, entre mamíferos, aves, réptiles y peces.
El arroyo cuenta con más de 17.800 árboles sembrados o que
han nacido naturalmente en el nuevo cauce, pertenecientes a 76 especies
nativas, algunas en categoría de amenaza.
Se ha protegido el nacimiento del arroyo con la siembra de
más de 33.500 árboles, en 235 hectáreas. Esto forma parte de un plan de
compensación para cuidar la cuenca alta y que siga siendo una zona de recarga
de agua.
En 2017, se suspendió el avance del tajo hacia
el arroyo. Desde entonces, no ha habido avance minero hacia el cauce, tal y
como han podido comprobar los funcionarios de la Agencia Nacional de Minería y
de la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales que, de forma periódica,
realizan visitas de seguimiento