Los guerreros de yaitalia
Yaitalia es una comunidad que hoy retorna más fuerte, más
valiente y más guerrera a su tierra, a su raíz. Durante mucho tiempo, más de 40
años, tuvieron que desplazarse a otros territorios por guerras interclaniles y,
en ese proceso, perdieron muchas cosas. Hoy han vuelto, de manera paulatina, y
tienen, por encima de todo, las ganas de sobrevivir.
Al ingresar a Yaitalia conversamos con Liliana Solano,
sobrina de la autoridad y miembro de la comunidad, ella reafirma el súper poder
de su gente y las ganas de seguir que los invade: “Somos una comunidad súper
fuerte. Venimos de un conflicto de hace 40 años que nos obligó a desplazarnos a
otros territorios y nuestras segundas y terceras generaciones crecieron en un
entorno totalmente diferente al que les correspondía. Yo me he tomado el
trabajo de analizar a cada miembro de la comunidad y hemos perdido nuestro
sistema normativo wayuu, la lengua, los territorios ancestrales, actividades
como las artesanías, nuestra supervivencia ha sido fuerte, pero aquí estamos.
En el año 2015 se dio un acuerdo de paz que nos permitió retornar, tenemos todo
el empuje que se necesita para sobrevivir a todo lo que nos ha pasado. Por eso
siento que somos una familia súper guerrera porque hemos sobrevivido a mucho”.
A Yaitalia la componen alrededor de 130 miembros, divididos
en 40 familias, y su nombre, aunque no con exactitud, se lo atribuyen a una
planta. Lo que asegura su autoridad tradicional, Manuel María Barros Jusayu, es
que sus ancestros lo nombraron referenciados en eso, en una mata: “Tú sabes que
los territorios ponen un nombre y ese nombre debe ser que los pusieron los
viejos que ni siquiera llegué a conocer. No sé lo que significa para ellos,
pero seguramente pudo ser una mata como la yuca. En la mayoría de los territorios
es por algo, un palo de referencia, una piedra, porque estas comunidades son
antiguas, tienen años, muchos años”.
Matías, un niño de la comunidad de unos siete años de edad,
tiene otra historia de sus antepasados. Para él, el nombre es porque ellos
vinieron de Italia.
Esta comunidad, además de tener superpoderes, posee, según
relata Manuel, uno de los cementerios más antiguos de la zona: “Le calculo, más
o menos, unos 300 años. Es de los viejos, por eso estamos aquí. Por nuestros
usos y costumbres nunca se debe perder un territorio o un cementerio porque
siempre hacen escalas y se va heredando de generación en generación. Así como
ahora que yo estoy reemplazando a mis abuelos y a todos los que vivieron aquí.
Después de mí vendrá alguien que sienta algo por su territorio, por su gente”.
Y con este regreso a su territorio tienen muchos sueños. Por
un lado, Liliana retoma el tema de asentarse nuevamente en su tierra, del
regreso a su lugar y la importancia de que todos los miembros puedan hacerlo:
“El tema de asentarnos nuevamente en nuestro territorio tiene mucha importancia
porque la cuarta generación podría recuperar parte de ese sistema normativo
wayuu que hemos perdido. En eso radica la importancia de que nos reasentemos en
nuestro territorio”. Por su parte, la autoridad reflexiona sobre los sueños,
los cumplidos y los pendientes: “Todos soñamos con tener algo más. El sueño de
nosotros es aspirar a algo que realmente se vuelva realidad, que sea posible,
así como yo soñaba algo así como lo que ven hoy y se volvió realidad.
Indiscutiblemente, para la comunidad es un colegio, algo medianamente posible,
normal. Y con proyectos productivos porque ahí mi gente se va a beneficiar”.
Y se van cumpliendo algunos, pues con esta comunidad,
Cerrejón trabajó en proyectos de infraestructura para soluciones de agua y para
beneficio general de la comunidad y en proyectos de generación de ingresos, que
los acercan a eso que anhelan.
La gente guerrera es definida en esta comunidad como las que
sobreviven a tantas cosas que le ha pasado y se mantienen en pie de lucha. Así
como ellos, los guerreros de Yaitalia.