LA A
La actitud del candidato y la actitud del
mandatario electo
Por: Ana Cecilia Fuentes
Consideramos importante plasmar estas líneas en la época
preelectoral que se avecina retomada de vivencias y de contacto directo con la
comunidad, basándonos en lo que el común de la gente vive, siente, experimenta
no como unas personas con ideas de ir en contra de la corriente, pero sí con la
intención de que todos aquellos que tengan oportunidad de aspirar a cualquier
corporación pública lo lean, lo analicen, lo interioricen, seguros de que algo
quedará en su actitud personal.
Actitud y comportamiento de un candidato a
cualquier corporación o cargo público
*Saluda cortés, con abrazos, besos, a visitas largas a
residencias, barrios humildes.
*Llama al elector, lo invita a reuniones familiares.
*Celebración de cumpleaños.
*Lo recibe en su casa en bata a cualquier hora del día o de
la noche, le invita a un café.
*Dialoga largas horas. con usted sobre todos los temas:
situación económica, política, social, necesidades de la comunidad.
*Se para en la esquina a dialogar con usted, le mira a la
cara, la escucha con atención, le hace peguntas, detiene el vehículo para
saludarlo.
*Si es periodista es el mejor, buena voz, mueve masas, tiene
poder para persuadir, es un gran amigo.
*”Me agrada que usted me anime las reuniones, es un gran
profesional de los medios de comunicación, lo invito a almorzar”.
Actitud y comportamiento del mandatario electo o
gobernante de turno
*Escasamente se logra ver en televisión, radio.
*Diálogo muy corto, luego de largas horas de espera.
“Nunca está en la oficina. No puede atender.
“El celular está en buzón. Le pregunta a la secretaria quién
le solicita si usted porta una credencial no hace antesala.
*Lo recibe una vez al año con la mirada perdida como ausente,
luego de una gran cola si es que puede. “Dígame rapidito que le trae por acá,
le doy 5 minutos, estoy muy ocupado”.
Pareciera que hablara con un muñeco de plástico, cuya sonrisa es más una
mueca que real, con frases como esta: “Quien falta, sigan todos para atenderlos
a todos al tiempo, debo salir a una reunión, rápido, no deje entrar a esa
señorita”.
*Si es periodista desinforma, si es microfonero no hay
disponibilidad para darle publicidad, el rubro está agotado.
De continuar con éste paralelo el espacio sería insuficiente.
Claro está, es poca la credibilidad que hoy experimentamos los colombianos ante
las instituciones y los procesos, hasta el punto de escuchar opiniones como:
“No voy a votar, para qué si las elecciones se ganan o se pierden en los
tribunales” y el 90 por ciento de los elegidos estas suspendidos, procesados.
Pese a todo esto, no podemos perder la fe, dado que aún tenemos una deuda con
todos los que han mejorado la calidad de vida de la comunidad a lo Largo de la
historia, aún quedan personas honestas, ¡hermosa verdad!
La invitación es para que apoyemos a los que nos han servido,
cuya misión es servir a muchos con sencillez, amor, recordando siempre que
siendo deudores nos motiva a ser servidores, confiando en los otros la
confianza hace milagros.
¿Por qué se endiosan los mandatarios públicos?
Iniciamos con la siguiente reflexión: Ni la mano vacía, ni el
intelecto abandonado así mismo son de mucho valor.
La actividad se lleva acabo con instrumentos y medios: Bacón.
Contrariamente a la creencia común, investigaciones sobre las
características que distinguen a los individuos que se desempeñan con éxito de
aquellos cuyo desempeño es menos efectivo cuando en forma inesperada nuestros
mandatarios se endiosan.
Esto se traduce cuando de ciudadano común y corriente pasan a
ocupar un cargo de envergadura, quienes fuimos sus amigos nos convertimos en
solo conocidos. Creo, que al igual que muchos, hemos sentido esa sensación al
dialogar con un amigo que ocupa un cargo significativo, es como si hablásemos
con un muñeco plástico y vacío cuya mirada está siempre perdida en el vacío, el
ceño fruncido y la sonrisa pasa de sonrisa a mueca mecánica y vacía. No vamos a
mencionar nombres, pero sí nos atrevemos a asegurar que a muchos nos ha
sucedido en alguna oportunidad. Sea cual sea el cargo que éste desempeñe.
Es bueno recordar que saber vivir es saber administrar y
administrarse a sí mismo.
En este tiempo de principio de siglo ·es hora para retornar
al humanismo y a la unidad con un fuerte resurgimiento espiritual. A todos se
nos ofrece el reto de hacer historia dándole al vivir un sentido con servicio.
Para ser excelentes servidores.
Interioricemos esta frase: “No soy maestro de nadie, soy discípulo de todos”, que bueno si todos
los funcionarios públicos pusiéramos en práctica este pensamiento para trabajar
con ganas, con entusiasmo, no solo por ganar dinero y lo más importante, si
todos apuntáramos ideas, proyectos, apoyo mutuo; que bueno sería si al menos de
esas colas inmensas que a diario vemos en las dependencias públicas, al menos tres
personas a diario logran presentar soluciones, estrategias ante las
dificultades y no solo acudiésemos a pedir ayuda económica por ejemplo, hay
acciones calladas que no se destacan aunque valen mucho, son como las raíces en el árbol.
Muchos solo tenemos ojos elogios para las ramas y los frutos que son quienes
reciben su fuerza de un trabajo oculto y silencioso de las raíces que quedan en
la penumbra.