¡Se fué la voz del pueblo!
Por: Nidia Inés Molina Jiménez.
¡San Juan! Se apagó la voz de tu gran líder y benefactor, la
voz que oíamos siempre defendiendo la causa noble, la injusticia social de su
pueblo querido, se fue: Jose Luis Gamez.
Mañana, en boca de quien oiremos ésta defensa del bien común?,
de la clase social menos favorecida?, del hambriento?, del menesteroso?, del
grupo social desprotegido?.
Quizás fue malentendido, pues la defensa de la causa, del
pueblo, del bien de todos, de la que tanto hablaba se confundió con un comunismo
dictatorial, su mensaje se tergiversó,
pero con el transcurrir del tiempo se pudo comprobar que no era así.
Era innegable su espíritu de lucha por el pueblo, su crítica
a los politiqueros de turno, de esos que siempre hablan en épocas de contienda
electoral, promesas y más promesas de esas que nunca se cumplen.
Murió tal vez con las ganas de haberse desempeñado en un
cargo público importante, para desde allí realizar la labor que deseaba para su
pueblo marginado, el de precarias condiciones, pero desde su poco espacio, fue
un defensor incansable de esa clase humilde, de esa gente que clama ayuda,
vocero de los grupos que luchan por defender sus derechos.
A causa de ello perdió su trabajo, fue perseguido, amenazado,
tuvo que abandonar su pueblo, mal visto por quienes no entendieron su tarea
desinteresada, su desprendimiento personal para entregarse sin ningún interés a
una dimensión social de defender a los otros, difícil misión en un mundo contaminado
por el yoismo, que tanto mal hace a la sociedad actual.
Podríamos decir que se sentía con una riqueza inmensa cuando
se dedicaba a la defensa del otro, de su pueblo, pues el pudo llevar una vida
más cómoda, fácil, tranquila, sosegada,
con mejores condiciones económicas. Sin embargo no fue así porque el dolor, él
hambre, la miseria, el atropello al otro, ese era también su dolor.
En tu partida y en tu novenario vimos tanta consideración y
sentimiento de dolor que por ti sintió esa gente, por quienes tanto luchaste y
te apreciábamos de verdad.
Desde donde estés Jose, seguro que estarás velando por el
bien de todos, luchando contra la injusticia social, lo cual era tu misión.
Gracias por tanta nobleza en tu corazón, vecino sencillo,
atento, cordial, gentil, paz para siempre amigo mío.