¿Por qué la
guajira no encaja en colombia?
HERNAN BAQUERO BRACHO
Un estudio realizado
por el escritor René de La Pedraja sobre la Colombia del siglo XIX, concluía
que para mediados de esa época Colombia tenía dos grandes problemas: Panamá y
La Guajira. Panamá optó por la separación en el año 1903 con la ayuda de Los
Estados Unidos y La Guajira se sumió en la clandestinidad. Este estudio serio
también ha sido refrendado en el presente por el antropólogo y gerente del
banco de La República en San Andrés Wildler Guerra Curvelo. En esa
clandestinidad La Guajira se dedicó al contrabando especialmente con las
Antillas Holandesas en el intercambio de mercancías de cuero, café, ovino
caprinos, madera de dividivi, licores y cigarrillos. En esa clandestinidad
nuestra península tuvo un brillo en sus relaciones con las Antillas, donde
varios consulados fungieron con éxito en la ciudad de Riohacha. La Guajira le
dio miedo a la separación como lo hiso Panamá, miedo este que nos ha pesado
hasta el presente. Fue tanto el brillo de la península que se dio el lujo de
contar con Banco propio, como fue el Banco Dugand Gnecco, que funcionó donde
hoy es el Hotel Padilla.
Para esa época no
existíamos para Colombia, nos convertimos como una especie de estorbo en todos
los escenarios: Institucionales, Económicos, Culturales y la presencia del
mismo Estado se vio reflejada por más de medio siglo, con un rezago alarmante
en esta región de la patria y esta tierra fue dejada a merced de su suerte, sin
rumbo, ni norte, solo con las iniciativas, la forma recursiva en que tuvieron
que actuar los dirigentes de esa época, la península y sus habitantes éramos
considerados expósitos de la patria.
Pero en esa época de
clandestinidad otro gran aliado fue Venezuela con quienes La Guajira
establecieron intercambios de ganado bovino, sal marina de Manaure, textiles,
licores y cigarrillos y el Gobierno de Venezuela hacia más presencia en nuestro
territorio que el Colombiano, su influencia se dio en todos los órdenes: en lo
Institucional donde hacía mucha presencia el Gobierno del Estado Zulia, por
ejemplo los parques de la mayoría de las plazas principales de los municipios
guajiros fueron construidos por el Gobierno del Estado Zulia; el himno del país
hermano sonaba más en la Instituciones educativas que el Colombiano, el Estado
Zulia se hacía sentir a lo largo y ancho de La Guajira; los canales de
televisión Venezolana eran los que se veían en toda la Península, los canales
Colombianos brillaban por su ausencia.
Solo en 1975 Colombia
vino a reconocer a La Guajira como región importante para el país, gracias a
sus recursos naturales y con la puesta en marcha del contrato de
comercialización INTERCOR – CARBOCOL, fue cuando el país entero hizo presencia
de primera mano de lo que significaba nuestro territorio para Colombia, de sus
riquezas naturales, de sus bellos paisajes, de sus etnias y de su cultura. Fue
una época en que Colombia le reconoció al Departamento su grandeza y en dos
décadas, la de los ochenta y los noventa, se vivieron los momentos más
florecientes. El recurso humano tuvo el reconocimiento en todos los estamentos
del Estado: un Secretario General de la presidencia de Alfonso López Michelsen,
como lo fue el siempre recordado Jaime Tovar Herrera; Magistrados de La Corte
Suprema de Justicia de la talla de Rafael Baquero Herrera y Ramón Zuñiga
Valverde; Ministros de la talla de Enrique Danies Rincones y Jorge Juan Bendeck
Olivella; de altos ejecutivos a nivel Nacional como Amilkar Acosta Medina,
Nelson Amaya Arregoces, Eduardo Abuchaibe Ochoa, José Félix Lafaurie Rivera,
cuando se desempeñó como ViceMinistro de Minas y Energía; Nelson Amaya Correa,
Iván Daza Almendrales, Gilberto Orozco Orozco, Jorge Estrada León, Francisco
Javier Daza Tovar, entre otros. Nos dimos el lujo de contar con un General de
La República Fernando Gómez Barros. Fue la época dorada del Departamento, La
Guajira por fin era reconocida como una Región prospera y a sus recursos
humanos se le hacían los reconocimientos del orden político, académico,
institucional, cultural y periodístico.
Pero llegó de nuevo el
oscurantismo a la península, donde La Guajira fue borrada del plano Nacional,
un centralismo salvaje casi nos borra del mapa, a pesar de la divisas que
generamos por la explotación de los recursos naturales y su gran contribución
al PIB Nacional, así como los impuestos por la explotación Minera que se van
todos para el centro del país (solo Cerrejón paga en impuestos al Estado 100
millones de dólares anualmente) y aquí nos quedamos con las migajas y de paso
este centralismo salvaje de un zarpazo nos quitaron las regalías que por
constitución y por derecho nos pertenecían; con todos estos accionares La
Guajira volvió a ser un problema para Colombia y hemos caído casi otra vez en
la clandestinidad y hemos vuelto a tener miedo al gobierno central y nuestros
dirigentes se han convertido en unos arrodillados del país Andino.
¿Por qué La Guajira no
encaja en Colombia? Esa es la pregunta que nos hacemos nuevamente. Hoy un nuevo
actor contribuye a esta estigmatización, como lo es el mismo guajiro, que se
convertido en el correo número uno, en el lleva y trae entre nuestra península
y el interior del país, para desdén de todos nosotros. El gobierno de Juan
Manuel Santos fue el que más nos atizó a la hoguera de esa misma orfandad en
que La Guajira vivió en el siglo XIX. En el presupuesto nacional para el año
2021 la asigacion presupuestal por parte del gobierno para La Guajira fue
pirrica, aunque notamos de parte del presidente Duque hacia nuestro departameto
buena sinergia y empatia con nuestro gobernador Nemesio Roys. Dios quiera y esa
sinergia se convierta en buenas obras para la peninsula.