Yo soy Jorge Soto

 Yo soy Jorge Soto



Por: Noralma Peralta

El día que escuché a
Jorge Soto diciendo, con gallardía, “Yo confieso que consumí marihuana, cocaína
y bazuco, no me enorgullezco de haberlo hecho, pero tampoco me avergüenza
decirlo, porque soy un sobreviviente de la droga, soy un testimonio de que si
se puede salir de esa esclavitud”;  
delante de 245 HP (Honorables Periodistas) en el Grupo de WhatsApp PG
(Periodistas de La Guajira) dónde al que da papaya se la parten, me quité el
sombrero.  Luego preguntó: “¿Quien más se
atreve a confesar que consumió? ¿Nadie? ¿Ni un tabaquito?” Silencio total…  “Los tiene en su puesto. El quiere gritarlo,
esta historia  hay que contarla”, dije
para mí, pero escribí en el Chat,  “Que
valiente Jorge, me  gustaría contar tu
historia al mundo, ¿Me lo permites? 
Afortunadamente me dijo que si.

“Mi primer consumo lo
hice a los 13 años, hacía segundo de bachillerato en el Liceo Celedón, lo hice
porque yo veía a algunos Amigos que se iban para el campo y venían raros, yo le
pregunte a uno de ellos, pero no me quiso decir nada, yo los seguí, los pillé,
me quedó la intriga y compré mis primeros 5 pesos de marihuana, con un billete
de esos que eran verdes.  Yo fui
ciclista, estaba comenzando a manejar e invite a un amigo a montar,  él hizo el primer cigarrillo Y yo me lo fumé
casi  todo, con ansias por la curiosidad,
eso me cayó muy mal;  tan mal que en mi
casa se dieron cuenta y me hicieron un consejo familiar, me sentaron en el
centro, mi mamá y todos mis hermanos, porque mi papá no estaba. Me juzgaron, me
regañaron, me sentí mal. Pero eso como que no me sirvió de nada, porque, no
enseguida, pero si quince o veinte días más adelante, volví a consumir, te
estoy hablando de 1973 hasta 2006 que estuve en eso.

33 años es toda una
vida para algunos o media para otros. Invertirlos en vicio no es una elección,
se que ninguna persona toma la decisión de consumir droga para quedarse en
ella, algunos lo hacen para aliviar emociones negativas, otros para lograr
aceptación social,  otros por curiosidad,
como en el caso de Jorge. Con las drogas se sabe cuando entras, pero no cuando
sales.  Cuando pruebas, abres la puerta a
un mundo que absorbe sigilosamente, piensas que lo puedes controlar y sin darte
cuenta ella empieza a controlarte y en muchos casos a destruirte.



“Yo comencé con la
Marihuana, pasé por la coca, que no me gustó, y luego consumí bazuco, estuve
bastante tiempo enviciado en eso. Gracias a Dios nunca estuve en la
delincuencia, porque siempre trabajé y tenía como sostener el consumo, pero el
que no tiene, si termina robando, recogiendo pote y lo que no es pote, en la
propia calle. Siempre tuve ingresos. Como Periodistas nunca trabajé por cupos,
siempre por salario y he ganado bien, no lo puedo negar. Fui asistente de la Dirección
de Comunicaciones dos veces en la alcaldía de Santa marta y Jefe de Prensa en
el municipio de El Banco, Magdalena. Siempre consumiendo, sin embargo yo
mantenía un perfil que me permitía trabajar. Para trabajar nunca consumí, no  sentía que estaba  bien, me mantenía sobrio y comenzaba a
consumir tipo 8:00 de la noche, hasta 3:00 o 4:00 de la madrugada,  para trabajar a las 8:00 de la mañana al día
siguiente. Eso es una esclavitud; si tú fumas hoy a las 6:00 de la tarde mañana
a las 6:00 de la tarde te vuelven a dar ganas”

Las condiciones
emocionales, familiares, laborales, económicas, académicas, de formación en
principios y la fe, fueron el sistema de protección para Jorge  que lo libró de no caer más bajo, pero no lo
protegió de caer en el consumo y menos de los estragos que trae consigo. Jorge
perdió su primer matrimonio de 11 años, con la madre de sus cuatro hijos, que
son su vida.

“Por mucho amor que
haya, una mujer no se aguanta, tanto fue el cántaro al agua hasta que se
rompió.  Gasté mucho dinero en el consumo
de bazuco; 300 o 400 mil pesos los gastaba en menos de 24 horas. Es que, nunca
te satisfaces. Por mucho que consumas siempre quieres más.  Bajé de peso, llegué a pesar  62 kilos con 172  de estatura; el5 bazuco no me dejaba
comer.  Un día mi hija se quedó
viéndome,  ví dolor en sus ojos, eso me
movió por dentro, me  ví interiormente,
me dije, esto se tiene que acabar y tome la determinación. El asunto era pasar
a la acción,  sin Dios no habría podido.
Precisamente orándole en medio de los últimos consumos, fue cuando tomé el
aliento que necesitaba para ponerme en manos de UAICA (Unidad de Atención
Integral a las conductas adictivas). Este es un programa del Minsalud que
existe en algunas capitales del país y que afortunadamente está en Santa
Marta.  Dios me dio la fuerza para
someterme, para hacer un “cese al fuego”, obre todo para llegar donde la
siquiatra y decirle “quiero entregar las armas”.  Duré 100 días en un pabellón con 5 pacientes
más. Vi desertar a más de uno pero yo me mantuve. Cuando sentía desfallecer y
quería tirar la toalla, El venía la tomaba del suelo y me la ponía en el
hombro, cada fin de semana usaba a mi hija que se mudó para Santamarta 100
días, los mismos que yo pasé en recuperación; su sola visita, sus palabras eran
la forma en que Dios me gritaba en la mente… “Es hora de sacar la casta,  demuestra 
de que estás hecho”.   Así vencía
las ganas de consumir, la abstinencia es brutal, pero cuando pasa un día y
luego una semana, un mes, ya pude decir con lucidez: he tomando la decisión de
acabar con esta esclavitud, porque eso es, una esclavitud de la que no es fácil
salir. Duele, cuesta, se sufre, es desgarrador, más, al final, la recompensa es
enorme, recuperé mi vida, la admiración de mi familia, sobre todo de mis hijos,
recuperé la confianza en mi mismo y mi LIBERTAD! AHORA SOY LIBRE!!  Me considero un sobreviviente de la droga,
gracias a Dios, con Él TODO ES POSIBLE”

“A los que no han
probado y tienen la curiosidad, les digo: NO LO HAGAN!! Es el peor error!! Una
vez que pruebas el riesgo de quedarse es muy alto y el precio que se paga en
todos los sentidos en demasiado.  Mejor
no tentar”

No hace falta ser un
niño desprotegido, un jóven sin oportunidades o mal criado, para caer en la
trampa destructiva de las drogas, cualquiera puede ser su víctima, no tiene en
cuenta raza, religión, condición social o económica, es cuestión de probar y
quedar atrapado, algunos para siempre, otros más valientes como Jorge, la
vencen.

“Nací en Distracción un
17 de mayo de 1956, pero a los 4 años dejé de comer nísperos jajaja y nos
fuimos para Santa Marta. Allá me crié, aunque he recorrido algo del caribe. Mi
mamá, Avelina Daza Nieves, tiene 100 años ya, 
y mi papá, Ricardo Soto Amaya, murió, en cambio, muy joven, de 54. Mamá
de Distra y papá de Riohacha… Me casé por primera vez un 23 de octubre de 1987
en San Juan del Cesar….  Soy guajiro pero
también samario. Allá estudié hasta el bachillerato…  Me gradué de Comunicador Social-Periodista en
Barranquilla en Uniautónoma… San Juan del Cesar es para mí, el punto
vulnerable de mi existencia. Aquí tengo cuatro hijos que quiero con el alma y a
quienes me prometí jamás darles un mal ejemplo. Por el contrario, por haber
vivido la experiencia que viví, quiero que ellos vivan mejor. En San Juan me siento
como pez en el agua, aunque llevo en el corazón a Santa Marta”.

-“¿Quién es Magali
Celedón?”

“Jajajajaja, tu de
donde resucitase ese asunto?”

“Aquí, la que hace las
preguntas soy yo, jajajajajajaja, mis fuentes dicen que unos años después de tu
rehabilitación, te reencontraste con un amor de la niñez…”

“Magali Celedón Brito,
fuimos “novios” por allá en el 75, imagínate, éramos unos niñitos, el primer
amor, tu sabes … nos encontramos 40 años después, gracias a la magia del “Face”
el 9 de enero de 2015, el 5 de junio nos casamos y el 30 de agosto nos
separamos… incompatibilidad de preferencias sexuales… aún no se porque se casó
conmigo… duró apenas 4 meses,  como
dijera Franco Arguelles, “El CD salió pirata”…”.

“Jajajajajaja si señor,
salió pirata!  Suele pasar que las
segundas partes no resulten… pero de eso se trata, de VIVIR!!, de empezar cada
día otra vez… en eso tú tienes doctorado”.

-Con que cerramos?

“Con algo que no debo
dejar de decir, es que, no me avergüenzo de haber consumido, pero tampoco me
vanaglorio, ni nada por el estilo. Por el contrario, es una experiencia de vida
que me hizo responsable ante mis hijos y ante la sociedad… No me da pena, tampoco,
contarlo”.

-Gracias admirado
colega, paisano y amigo, por contribuir a prevenir y también a qué los que
creen que no es posible, vean su si se puede, como dijiste tú, “Con Dios TODO
ES POSIBLE”

En homenaje a todos los
Jorge Soto que se aprovisionaron de coraje y fe y se hicieron libres de las
cadenas de la esclavitud y también de aquellos que no lo han podido lograr y
que con éste testimonio de vida, 
esperamos que pronto levanten las manos al cielo y digan Dios mío
ayúdame, se que solo no puedo!! Y lo logren!!

 

 

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