Petro eligió
a Francia como su vicepresidenta: ¿Qué le aporta a su campaña?
Cortesia:El Tiempo
La lideresa social, nacida en Suárez, Cauca,
es abogada y tiene 39 años de edad. Análisis.
Francia Márquez, la
fórmula vicepresidencial de Gustavo Petro, candidato oficial del Pacto
Histórico a la presidencia de la República, ha dado dos saltos enormes en su
vida: su incansable activismo contra los impactos ambientales de la minería en
su municipio, que la obligaron a desplazarse por las amenazas en su contra; y
las elecciones del 13 de marzo, que la convirtieron en la mujer más ganadora de
esa jornada: obtuvo 785.215 votos, incluso por encima del ganador de la
consulta de centro, Sergio Fajardo.
De entrada, este es
punto a favor de Petro porque se trata de un impulso invaluable a tan corto
tiempo de las elecciones. Además, da una muestra de unidad, un aspecto
trascendental en unas elecciones tan reñidas.
Precisamente, una de
las debilidades de la Coalición de Centro que si bien ha hecho esfuerzos por
mostrarse sólida fueron esas fisuras las que les provocaron el débil resultado
electoral. Por los lados del Equipo por Colombia ocurre una situación no tan
marcada, pero tampoco es un secreto que hubo desavenencias por la situación de
Alex Char quien no solo se negó a asistir a debates con sus compañeros, sino
que terminó involucrado en un escándalo enorme.
Petro igualmente
muestra una coherencia en su discurso en el que ha insistido que busca la presidencia
para cambiar el país. Una posición que Francia Márquez comparte a plenitud y
que ella ha exhibido a lo largo de sus luchas.
Su lucha contra la
explotación minera y la defensa del medioambiente y el territorio la han
convertido en la lideresa afrocolombiana más reconocida del país.
Francia Elena Márquez
Mina (vereda de Yolombó, corregimiento de La Toma, municipio de Suárez, Cauca,
1982), dice que siempre le ha tocado empujar la puerta, ponerse al frente,
decir “aquí estoy yo”.
Ante el mundo y ante el
gran público en Colombia se dio a conocer en el 2018, cuando le fue concedido
el Premio Goldman, considerado como el Nobel ambiental, pero desde los 15 años
es una activista que lucha por la defensa de su territorio frente a los
desmanes de la minería.
Carlos Rosero, un
histórico líder del movimiento Proceso de Comunidades Negras (PCN), que la
conoce desde esa época, la recuerda como una niña, al principio, muy tímida:
“Iba a las reuniones, pero no hablaba. Yo creo que era como una esponja que lo
iba asimilando todo. Pasaron los años, y tras un proceso de formación empezó a
soltarse y a hablar en público. Un día explotó con una fuerza impresionante”.
Francia Márquez es hija
de Gloria María Mina López y de Alfredo Márquez Trujillo. Si suma los hijos de sus
padres, son once hermanos. Es madre de dos hombres. Estudia escritura creativa.
A veces envía mensajes a las cuatro de la mañana porque sufre de insomnio.
Cuando habla, es precisa en sus palabras. No dice pobres, dice empobrecidos. No
dice esclavos, dice esclavizados.
En el 2014 impulsó una
movilización que se conoció como la Marcha de los Turbantes, un recorrido de
casi un centenar de mujeres que salieron desde La Toma hasta Bogotá, para
exigirle al Gobierno que retirara los títulos mineros que se habían concedido
después de una violenta incursión paramilitar y que prácticamente expulsaban a
los habitantes de ese corregimiento de su propio territorio.
Francia y otros líderes
de su comunidad presentaron acciones de tutela, lograron parar las órdenes de
desalojo, defendieron el derecho a la consulta previa y consiguieron que la
Corte Constitucional reconociera en una sentencia que La Toma es un territorio
ancestral, por lo que se suspendieron –pero no se anularon– los títulos que
habían convertido al corregimiento en una inmensa mina donde Francia y su gente
no cabían.
Francia Márquez tiene
actitud de guerrera, de rebelde. Es capaz de contar sus tragedias entre
carcajadas, pero se necesita mucho tiempo para establecer una verdadera
cercanía con ella. De entrada, parece desconfiada, un poco a la defensiva,
aunque sus amigos dicen que depende del contexto. La definen más bien como
cauta. Y leal. Y frentera. Y terca.
Estos elementos hacen
que el Pacto Histórico presente una dupla para su electorado muy fuerte y
sintonizado en sus propuestas y objetivos. Pero ¿le alcanzará para convencer al
resto de colombianos que tienen otras inquietudes?
De hecho, en el mismo
movimiento hubo voces que pidieron abrir el abanico para tener opciones que
fueran complementarias a Petro. Se llegó a pedir que se escogiera una mujer -en
eso sí hubo consenso desde el principio, en que fuera una mujer- del sector
gremial o político que enviará un parte de tranquilidad a los muy sensibles
mercados financieros.
Se trata, al fin y al
cabo, de buscar gobernantes para todas las tendencias políticas y para todos
los sectores sociales.
En este momento de la
carrera electoral se trata de sumar y buscar votos en otros sectores afines e
incluso en espacios de ideario distinto.
Con la elección de
Francia Márquez como vicepresidenta Petro se aleja un poco de su apuesta por
acercarse a otros sectores y crear una coalición de izquierda o un frente mucho
más amplio.
Márquez ha tomado
decisiones mucho más progresistas que el mismo Petro, por ejemplo, al hablar de
temas como el aborto. Mientras Petro ha hablado de temas como el “aborto
cero”, Márquez ha reiterado con vehemencia el derecho de las mujeres a decidir
sobre su propio cuerpo.
Sin embargo, algunos
analistas creen que Petro corre el riesgo de cerrar puertas. “Pierde la
opción de atraer a su proyecto político “alguien de afuera” que no
solo atrajera votos (que mucho se van a requerir) sino que también aportara
ponderación y tranquilidad para sectores exacerbados en el temor por un giro
radical en Colombia”, dice el analista Diego Arias.
“Esta opción pudo
haber estado en la política (no sólo en el Partido Liberal) pero también en la
academia y/o liderazgos de opinión”, considera él.
Una opinión que
comparte en líneas generales el analista Aurelio Suárez: “Con esta
elección, Petro reafirma sus fuerzas de izquierda pero demuestra que las
puertas que tocó como la de los liberales y la de César Gaviria y también las
de Vargas Lleras no se le abrieron”, dice.