Arroyo bruno en la guajira está muy vivo, 22
campañas de monitoreos lo demuestran
Las 22 campañas de monitoreo, realizadas durante los últimos
seis años en el nuevo cauce del arroyo Bruno, han demostrado científicamente
que está muy vivo y que alberga la fauna y flora típica de un arroyo asociado
al ecosistema de bosque seco tropical. Los monitoreos han permitido mantener
una línea base para generar información sobre la evolución del cauce y contar con estudios de cómo se han adaptado
y prosperan las especies en esta zona.
Gracias a los monitoreos trimestrales de fauna, hidrobiología
y flora, la compañía ha podido establecer que el arroyo mantiene flujos de agua
y que el área a su alrededor se mantiene en el buen estado de los bosques de
galería asociados a este cauce. Además, estos monitoreos dan cuenta de más de
390 especies de fauna y tras seis años se evidencia el crecimiento de más de
17.000 de árboles de 74 especies nativas.
“Seis años después de que comenzara el proyecto de
modificación parcial, podemos decir con orgullo que el nuevo cauce se ha
convertido en un corredor de biodiversidad de 24 kilómetros que va de la
reserva forestal de Montes de Oca al río Ranchería. Y no solo lo decimos
nosotros, lo comprueban evidencias científicas obtenidas en las 22 campañas de
monitoreo que ratifican que el arroyo es un ejemplo de innovación ecológica
ambiental”, afirmó Luis Madriñán, gerente de Gestión Ambiental de Cerrejón.
Dentro de los resultados obtenidos en las diferentes campañas
de monitoreo se destacan algunos indicadores de flora como la presencia de
17.853 árboles de 74 especies nativas que se han adaptado de forma
satisfactoria al nuevo cauce. Actualmente, 500 de ellos superan los ocho metros
de altura y más de 8.000 sobrepasan los cuatro metros.
El arroyo, también se ha convertido en un santuario para la
conservación y un corredor biológico que
permite la movilidad de cientos de especies de fauna dentro de las que
se destacan 49 especies de mamíferos como el jaguar, el mapache y la marmosa;
207 especies de aves que se encargan de dispersar semillas o regular poblaciones
de insectos, así como 40 especies de peces de agua dulce como el bocachico, el
sábalo, el róbalo, el coroncoro, entre otros, los cuales se caracterizan por
ser los animales más sensibles de hábitats acuáticos.
Durante los próximos años, Cerrejón continuará trabajando en
fortalecer la conexión de la Sierra Nevada de Santa Marta con la Serranía del
Perijá para el tránsito y conservación de especies con alto valor biológico
como el jaguar, a través de la siembra de más de 2 millones de árboles y el
establecimiento de acuerdos de conservación.