Autor: Luis Eduardo Polo Calderón

Me gusta pisar la piel de tus calles
Donde la arena dibuja, la huella de mis pies
Dejo vagar mis recuerdos con la brisa invisible
Arropado por una sombra, mirando por la ventana de tu ayer.
II
Tu vigilia constante, de peregrinar a través del tiempo
Las heridas causadas, para inyectarte el progreso
Tus adormecidos crepúsculos, bañados por nostálgico río
Tus groseras noches de calor y tus madrugadas de frío
III
Me gusta ver tu despertar, sentado en un sardinel
Donde me llegan las voces, de tus noches tranquilas
Me gusta cuando al mediodía, acompañas mi almuerzo
Y mi oración es de orgullo, por vivir en ti, otro día
IV
Tu siempre nos ves nacer, como nace el sol en tus hombros
Y somo felices muriendo aquí, para nutrir tu tierra
Siempre educado, en la perfección de bonitas calles
Que, si yo quisiera odiarte, te juro que no pudiera
V
Cuando noctívago me acompañas, en tus noches de luna
Me confiesas tus secretos, de romances con las sombras
Me abrazo a ti, cual un amante que no se quiere despedir
Y enajenado hablo contigo, en esas delirantes horas.
VI
Tu recuerdas mi niñez, llena de timidez y de inocencia
Te has dado cuenta, de la nieve que van dejando los años
Tú me diste una madre hermosa, que hoy está muerta
Aun así, me gusta vivir en ti, en invierno y en verano